El asesor jurídico del lugar, Juan Manuel “N”, este lunes en la Sala Uno de Juicios Orales rindió su testimonio sobre los hechos, aunque refirió que ya no culminó el procedimiento, porque actualmente labora para otra dependencia.
“Pero sí fui instruido para iniciar la denuncia por violación y también un procedimiento administrativo en contra Marco Antonio, al recibir la orden directa de mis superiores”, agregó.
En los próximos días comparecerán tres testigos más de los hechos, aunque este lunes la Fiscalía Contra Delitos Sexuales presentó dos testimonios, el del asesor legal y el de otro niño.
El abogado que compareció indicó que los señalamientos que pesan sobre el cuidador son graves, porque no tan sólo se trata de la violación del niño de 10 años, sino que además los internos narraron que desde que Marco Antonio fue asignado para cuidarlos, en las noches abusaba de ellos de distintas maneras.
“Me platicaron que por las noches Marco Antonio ponía a pelear a los niños y el que ganara entonces era el ganador de un vaso de refresco, y que esa era la recompensa”, indicó.
La defensa del imputado trató en todo momento de poner en duda la declaración del profesionista, pues pretendían hacerlo caer en contradicciones y poner en duda de que éste le haya dado seguimiento a la denuncia penal que interpuso en contra del vigilante. Sin embargo, el abogado indicó que él ya no trabaja para el DIF, pero en su momento siguió las instrucciones que recibió y una de ellas era representar al menor ante la justicia.
Y es que según la declaración ofrecida ayer por otro menor, de nombre Alejandro, los hechos se registraron la noche del 13 de diciembre del 2013, cuando el niño fue violado frente a sus compañeros, quienes al otro día acompañaron al menor a denunciar ante la directora del lugar.
Narró que los niños que ahí se encuentran fueron recogidos de la calle o bien enfrentan serios problemas familiares, y que el lugar donde permanecen está ubicado sobre la autopista México–Acapulco, a la altura del lugar conocido como El Polvorín.
Indicó que están cuidados las 24 horas del día y que no salen a la calle si no es en compañía de un guardia o un psicólogo. Sin embargo el imputado aprovechó que su trabajo era estar con los niños por la noche, con un horario de las 21 horas a las 7 de la mañana, para ultrajar a su compañero.
Incluso el abogado refirió que el pequeño narró cómo sucedieron los hechos, pero además coincide con las versiones ofrecidas por sus compañeritos que fueron testigos de esta agresión.
Este martes al medio día continuará el juicio con la declaración de dos testigos más y con ello quedará cerrado el periodo de pruebas.