Además, acceder a un simple analgésico es a veces imposible porque también las cárceles padecen desabasto de medicamentos y cuando los hay, estos son donados por la Comisión de Derechos Humanos o los Servicios de Salud de Morelos.
El visitador de asuntos penitenciarios de la Comisión de Derechos Humanos de Morelos, Raúl Díaz García, sostuvo que la mayor parte de las quejas de los internos reclaman la falta de atención médica y acceso a medicamentos.
El penal de Atlacholoaya, el más grande del estado, concentra la mayor cantidad de quejas debido a que sólo el área varonil cuenta con un médico por turno para atender a una población aproximada de dos mil 500 internos.
No obstante, para la CDHEM resulta muy preocupante que en el área femenil de este penal, donde hay alrededor de 179 internas, no exista ni un médico general o especialista (como ginecólogos) y las mujeres necesariamente tengan que ser trasladadas al área varonil para ser atendidas, si es que alcanzan turno.
Incluso, la Comisión ha documentado casos críticos en que personas de la tercera edad o con padecimientos crónico degenerativos no cuentan con la atención debida, a pesar de que en algunos casos los internos están desahuciados y ven trascurir sus días en condiciones lamentables.
El mismo fenómeno se repite en las cárceles distritales de Cuautla, Jojutla, Tetecala, Jonacatepec y Puente de Ixtla, donde están cerca de mil internos, entre procesados y sentenciados.
Ante esta situación, el visitador expresó que la Comisión ha conminado a las autoridades penitenciarias a establecer las medidas necesarias para garantizar el derecho a la salud de los internos e internas.