Figueroa Peralta confirmó que mantiene a sus dos escoltas ahora que es diputada y argumentó que “no es la única”.
“Tengo comisionados elementos de la Policía Estatal y hoy en esta oportunidad de estar al frente de la Comisión de Seguridad Pública (en el Congreso), se ha ratificado el que estén comisionados y que también formen parte del personal que me acompaña en esta actividad desde el Congreso del estado. No es una situación, digamos, particular. Hay diversos funcionarios públicos que están en la misma situación y yo considero que no es un tema que tenga mayor trascendencia”, refirió, aunque dijo desconocer si otros diputados tienen seguridad particular.
En cuanto a que si contar con guaruras refleja todavía una situación de inseguridad grave en la entidad, respondió: “Lo que refleja, en todo caso, es la necesidad de tener personal que pueda acompañar este ejercicio en el trayecto, en las comunidades y en cada uno de los lugares en los que he tenido la oportunidad de platicar con la gente, pues me parece que es importante también tener personal que pueda acompañarme en esta labor”.
En cuanto a las acusaciones de nepotismo que le hicieron los integrantes del Cabildo de Jojutla antes de su salida de ese ayuntamiento y que se presume trasladó al Congreso del estado, negó que incurra en tal.
“Eso fue parte de los señalamientos que me hicieron los regidores desde el Ayuntamiento de Jojutla y que de mi parte vino una reacción en la que yo señalaba que no era una situación de los últimos días y que lamentablemente, si había una inconformidad con ese tema, pues debieron de haberlo señalado desde un inicio. No es algo que en su momento haya yo ocultado desde el inicio de la administración, y en este momento pues hay personal que me acompaña, con el que tengo una relación de amistad, pero sobre todo de compromiso, que fue parte de las personas que me acompañaron en el proyecto político y que me parece importante también que me sigan respaldando ya en el ejercicio como diputada. No tengo familiares en el Congreso”, aseguró.
Sin embargo, en los últimos días de su administración como presidenta municipal, en agosto de este año, Figueroa Peralta liquidó a su cuñado –que trabajó sólo algunos meses– y a su sobrina, quienes laboraban en el Ayuntamiento, con 50 mil y 60 mil pesos, respectivamente, los cuales, presuntamente, ahora son parte de su equipo de trabajo en el Congreso local.