La directora de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, Teresa Ulloa Ziáurriz, afirmó que casi la mitad de los cuerpos depositados en la fosa común de la comunicad de Tetelcingo, en el municipio de Cuautla, al parecer pertenecen a internos de los penales.
La activista, que acompañó a un grupo de familias de desparecidos y víctimas del delito, señaló que la Fiscalía General del Estado le permitió revisar las carpetas de investigación vinculadas a los cuerpos inhumados en la fosa común.
Dijo que pudo observar que entre 40 y 60 cuerpos (de los 116 que dice la fiscalía permanecen inhumados) aparentemente corresponderían a internos que fallecieron en los centro de reinserción social estatal.
Otros 10 cadáveres serían de personas que perdieron la vida en accidentes de tránsito, otro de una mujer víctima de feminicidio y un cuerpo más sería de un bebé, cuya circunstancia del deceso no está clara.
La activista mantuvo sus reservas y escepticismo sobre la información exhibida por la fiscalía, pero solicitó al fiscal estatal, Javier Pérez Durón, que a la brevedad se realicen 18 pruebas genéticas y se confronten con los perfiles forenses con los que cuenta la institución para saber si algunos de los cuerpos en la fosa de Tetelcingo pertenece a una de las personas desaparecidas, cuyas familias están en su búsqueda.
Incluso, destacó que se pidió hacer pruebas al cuerpo del bebé, ante las coincidencias con el caso de Jessica Cerón, joven que desapareció en agosto de 2012 cuando estaba a punto de parir a su primer hijo, a quien llamaría Max.
Víctimas sin justicia
Un grupo de familias de víctimas del delito y desaparecidos realizó una protesta pacífica en la ofrenda ubicada en el acceso principal del Palacio de Gobierno, y colocó cajas de regalo en forma de árbol de navidad con fotos de sus seres queridos
Ahí, reclamaron al Poder Ejecutivo y, particularmente, a la fiscalía estatal, la falta de justicia y resultados en las investigaciones.
En vísperas de la celebración de la Navidad, con el dolor de la ausencia a cuestas, madres, padres, hermanos, tíos y amigos, recordaron a sus seres queridos, que fueron privados de la vida o que desaparecieron sin dejar rastro.
En su memoria clamaron justicia y exigieron un alto a la impunidad.