Política
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Marchan temixquenses por muerte de Gisela Mota y piden paz

Temixco.- Por la avenida Emiliano Zapata un contingente de aproximadamente dos mil personas marchó en silencio con cartulinas y lonas con la imagen de Gisela Mota Ocampo, la alcaldesa que al menos en Morelos ha durado menos tiempo en el cargo: fue asesinada el día 2 de enero, apenas a unas horas de haber tomado protesta como alcaldesa.


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Minutos antes de la caminata, la madre de Gisela, Juanita Ocampo, afirmó que no confiaba en la justicia local ni federal y que si no se aclaraba la muerte de su hija y se encarcela a los autores materiales e intelectuales recurriría a instancias internacionales. Pidió a Peña Nieto que se pronunciara contra este feminicidio. También dijo que algunos medios nacionales habían sido irresponsables con la persona de su hija y pidió que dijeran la verdad: ella era una persona honrada que no tenía nada que ver con los asuntos de la delincuencia organizada.

La convocatoria de la familia de Gisela para la “Marcha por la memoria y la paz en Temixco” con la finalidad de exigir justicia por su muerte convocó a muchas mujeres y niños.

Un sacerdote dio unas palabras de paz para la familia y asistentes y bendijo la marcha. Ésta comenzó.

Salieron a las 16:40 de la Iglesia de Acatlipa. Al frente iban los padres y demás familiares de la alcaldesa asesinada. La gran mayoría vestidos de blanco con cartulinas y lonas con la fotografía de ella y algunas consignas pacíficas.

Por más de una hora la mancha blanca caminó lentamente por la principal vía de la cabecera municipal.

Algunas mujeres y niños portaban claveles blancos y lloraban mientras los pasajeros de los autos y del transporte urbano circulaban por una sola vía en silencio. A muchos se le podía ver la sorpresa en los ojos pegados a las ventanillas de las rutas.

“Venimos con la esperanza de que nos vean y tomen cartas en el asunto porque vivimos una violencia continua desde hace ya varios años y no hay solución. Aquí a cada rato se sabe de robos y balaceras y muertos”, dijo una mujer vecina del lugar que llevaba en sus manos morenas una vela blanca encendida.

Seguramente todos sabían ya lo que los medios locales, nacionales e internacionales habían publicado:

Que el 2 de enero Gisela Raquel Mota Ocampo fue asesinada en Temixco horas después de haber tomado protesta de su cargo como presidenta municipal de ese municipio.

Que de acuerdo con fuentes oficiales los hechos ocurrieron poco antes de las 7:13 horas en la casa de la víctima localizada en la calle Lázaro Cárdenas en Pueblo Viejo, en donde al menos siete personas armadas ingresaron y mataron con disparos en la cabeza a Gisela.

Que el gobernador de Morelos, Graco Ramírez Garrido Abreu, dijo a medios nacionales que el grupo delincuencial de Los Rojos habría asesinado a Gisela porque ésta se negó a realizar trato con ellos.

Que dos personas fueron abatidas a tiros momentos después del crimen y se detuvo a un menor de edad de 17 años, a un hombre de 18 años y a una mujer de 32 años.

Escoltados por patrullas de policías y agentes viales el contingente llegó a las instalaciones de la presidencia municipal.

Álvaro García y Juan Sanabria, asistentes a la marcha, dijeron que era la oportunidad para hacer exigencias más enérgicas que solo una marcha silenciosa, pero fue la voluntad de la familia de la presidenta. “Si no gritamos la situación de inseguridad que padecemos desde hace mucho tiempo en Temixco a los medios nacionales ninguna autoridad nos oye”, reclamaron.

Ahí, Juanita tomó el micrófono y leyó un pronunciamiento en el que agradeció a los asistentes a la marcha, pidió que se continuara con el proyecto político y social que encabezó su hija y que la violencia no se combatiera con violencia: “El rencor genera más rencor, ello hace daño a los demás y envenena el alma", dijo. Después pidió un minuto de aplausos para su hija y enseguida se soltaron globos de Cantolla color blanco.

”¡No lo digo yo/ lo dice la gente/ queremos a Juanita/ como presidenta!”, exigió un grupo de hombre y mujeres.

La madre de Gisela contestó que no podía aprovechar esa situación y que ya había una nueva presidenta municipal que entraría pronto en funciones.

Después todos se fueron retirando a sus casas. La noche descendía con sus alas negras sobre Temixco y apagaba los últimos trozos de luz natural.

Allá, en el panteón San Rafael, de Pueblo Viejo, el tiempo deslavaba los colores enfermos de las flores que familiares y amigos pusieron en la tumba de Gisela Raquel Mota Ocampo, nacida el 13 de marzo de 1982, en Temixco, Morelos.

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Máximo Cerdio

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