La “Marcha por la unidad de los morelenses” convocada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) -programada para salir a las nueve de la mañana- salió de la glorieta de Tlaltenango al zócalo y no alcazaba las quinientas personas. Eran las 9:40 de la mañana y algunos líderes de colonias de Cuernavaca estaban preocupados: los camiones que traerían a la gente de los lugares más apartados y de los municipios se habían retrasado.

El grupito avanzó hacia la calle san Jerónimo, cerca de una escuela y de la iglesia de Tlaltenango. Ahí había unas treinta personas que se escondían de las cámaras de los representantes de los medios de comunicación.

La caminata, segúnun comunicado del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que circuló por las redes sociales, tenía como finalidad la participación de los “morelenses en una caminata pacífica para fortalecer la unidad de los habitantes del estado en torno a los logros alcanzados en la construcción de una sociedad de derechos con atención especial a grupos nunca antes atendidos”, y asimismo, hacer un “llamado a aquellos ciudadanos y ciudadanas que respaldan las políticas sociales que se han implementado en el estado y que han permitido un avance en el desarrollo de la entidad en diversos rubros, como la Beca Salario y el programa Empresas de la Mujer Morelense”.

Sobre la avenida Emiliano Zapata había cerca de cuarenta taxis, muchos sin placas. Portaban el logotipo del Nuevo Grupo Sindical y bandas adhesivas blancas con la leyenda “Apoyo total a Graco”.

“Los que no tenemos placas nos renovarán permisos. Los que tenemos no estamos como para despreciar un tanque lleno de gasolina”, dijo un conductor de uno de esos taxis, mientras un grupo de fotógrafos pasaban junto a él.

Poco a poco, la gente comenzó a llegar. Los autobuses –algunas rutas– los dejaron en la esquina donde Emiliano Zapata se convierte en Álvaro Obregón y caminaron hacia la glorieta: niños, jóvenes, ancianos, adultos, hombres y mujeres caminaban aprisa, la policía vial había bloqueado Emiliano Zapata de sur a norte y no circulaban coches:

“Hicimos varios cortes de circulación, como cuando viene la feria de Tleltenango: cortes en Pradera, Palmas, Reyes. Se dispuso de un operativo de 27 motociclistas, 53 unidades y 30 elementos pie tierra”, dijo un policía vial que calculó en 15 mil las personas que asistirían.

Dos camionetas llenas de playeras blancas con el logotipo del PRD se detuvieron en dirección sur a norte y unos muchachos con la playera de Beca Salario comenzaron a arrojar las prendas a los asistentes que las cogían y se las ponían.

El grupo se fue haciendo más y más grande.

Cerca de las 10 de la mañana la marcha comenzó. El secretario de Movilidad y Transporte Jorge Messeguer Guillén apareció en una de las calle y la gente con playeras blancas lo rodeó. Avanzó por enmedio de los taxis. Un reportero le preguntó por qué había tanto taxi sin placas. “Tienen permiso. Escribe eso en tu nota, estos tienen permiso”, gritó en tono molesto.

“Más que ver quién vino, queremos ver quién no vino”, dijo un hombre de la tercera edad, parado sobre la banqueta y con los brazos cruzados. “No les basta con comprar a los periódicos para que digan sus mentiras, ahora hasta marchas organizan: ¡pobre gente que tuvo que venir a fuerzas a convalidar estas políticas de lucimiento persona!”, puntualizó.

¡Graco, amigo el pueblo está contigo”, gritaban unos hombre que llevaban unas cartulinas con la imagen del gobernador.

Había varias mujeres que llevaban playeras blancas. Es muy probable que entre ellas estuviera una que, un día antes, reportó que le llamaron a su casa, preguntando por ella, por su nombre completo: “era una señorita que hablaba de parte de la Secretaría de Desarrollo Social, del Programa Empresas de la Mujer Morelense. Me invitó a que fuera a la marcha el domingo 3 de abril a las ocho y media de la mañana. “La esperamos. Vamos a pasar lista de las beneficiarias”, advirtió.

El enorme grupo fue avanzando por la avenida Emiliano Zapata.

“La marcha estaba programada para el sábado 13 de febrero de este año, pero por la resistencia de algunas personas que trabajan en el gobierno, entre otras cosas, no se pudo realizar y se pospuso y se pospuso. El jueves 31 de marzo me marcaron por teléfono (como a todos los trabajadores de confianza del área, que sumamos unos ochenta) y nos preguntaron si podía ir a una reunión el domingo, desde luego que no me dijeron para qué era. Llamaron por la mañana y por la tarde ya nos dijeron que teníamos que asistir a una marcha en el parque Tlaltenango el domingo 3 de abril, y deberíamos estar a las ocho de la mañana. Si teníamos familia, que la lleváramos. Al día siguiente ya nos dijeron que se trataba de una marcha convocada por el Partido de la Revolución Democrática para apoyar al gobierno. A pesar de que sería un día no laborable nos darían un día más de los que nos dan por vacaciones o si queríamos podríamos tomar un día de descanso, sin necesidad de comprobante que justificara la inasistencia. Los jefes no nos dijeron que nos sancionarían si no íbamos, pero de eso se encargaron algunos compañeros que recibieron la encomienda de advertirnos que nos sancionarían como siempre lo han hecho: nos descuentan de nuestros honorarios por retardos o faltas injustificadas y no hay modo de que aclare uno nada. Yo tengo a mi esposo y mis hijos y no puedo poner en riesgo mi trabajo, ahora mi marido no tiene un empleo fijo, aunque está buscando trabajo, y en este momento soy la que sostiene la casa”, denunció una mujer, el sábado 2 de abril.

Al inicio de la calle Álvaro Obregón, se incorporó el presidente del PRD, Rodrigo Gayoso Cepeda y otros políticos como los presidentes municipales de Cuautla, Tadeo Nava, el de Jiutepec Manuel Agüero, la diputada Hortencia Figueroa, Lucía Mesa, la diputada federal Lucía Meza, entre otros. Juntos avanzaron sobre la bajada hasta la calle Ricardo Linares, incluso pasaron a un lado de varios camiones de pasajeros contratados para llevar a la marcha a gente de algunas colonias populares retiradas del centro de la ciudad.

“Los compañeros se fueron organizando, no utilizamos alguna organización formal para el tema de los camiones. Si no llegaron algunos compañeros que vienen de todo el estado, hubo un boicot de parte de algunos líderes que les interesa más fortalecer sus proyectos personales que construir un estado de derechos, pero aquí está, cuando la gente tiene  la voluntad lo logra nada nos detiene. Muchos decían que el PRD estaba acabado. Somos miles los que queremos un mejor estado. Lo más probable es que la gente nos lleve al triunfo a nivel presidencial”, expuso Gayoso Cepeda.

Siete mil pesos les dieron a los ruteros para trasladar gente: “De la Benito Juárez al parque de Tlaltenango, hay que llegar ahí a las ocho. Después, cuando acabe, del zócalo a la Benito Juárez”, le dijo un rutero a otro de una ruta 4, un día antes, en la calzada Leandro Valle esquina Melchor Ocampo.

Los manifestantes llegaron a Ricardo Linares y pasaron por Las Mañanitas, el restaurante que recibió de parte del gobierno del estado un crédito y la remodelación de la calle. Cuando se estaba realizando la remodelación de esta rúa, la gente afirmaba que Graco Ramírez había comprado el restaurante y algunos negocios y casas de esa misma cuadra.

La marcha continuó por Guerrero hasta el zócalo de Cuernavaca, a donde arribó a eso de las 11:30 horas, ahí los esperaba un templete en el que los convocantes e invitados harían un pronunciamiento.