Entrevistada por Carmen Báez de la Agencia Informativa Conacyt el 9 de diciembre pasado, Rodríguez Fragoso, informó que desde el Laboratorio de Farmacología, Toxicología e Inmunomoduladores (LFTI) de la Facultad de Farmacia de la UAEM, a través del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI), y en conjunto con la empresa mexicana Nucitec, trabajan desde hace seis años en el análisis y evaluación de moléculas con potencial para reducir niveles de glucosa en la sangre, y con posibles efectos en otras alteraciones asociadas al síndrome metabólico.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el síndrome metabólico es la principal causa de mortalidad a nivel nacional y uno de los principales problemas de salud pública de este siglo.
Como síndrome metabólico, la Federación Internacional de Diabetes (FID) define al conjunto de trastornos metabólicos formados por la obesidad central, el descenso de los niveles de colesterol HDL, el aumento de triglicéridos, la hipertensión y la hiperglucemia, y cuya presencia está asociada al desarrollo de patologías crónicas como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
“Iniciamos estudiando varias moléculas, primero se descartó que no produjeran toxicidad a nivel de células; partimos con seis, de las cuales quedó una (betahidroxifosfonato). Una vez analizados los efectos de toxicidad, los investigadores analizaron la respuesta de betahidroxifosfonato en ratones diabéticos y después en ratas con obesidad”, explicó.
En pruebas con animales de laboratorio, Lourdes Rodríguez, observó que reducían sus niveles de glucosa y triglicéridos, modificaban los niveles de colesterol y también reducía la obesidad y otras alteraciones metabólicas. Asimismo, se monitoreó el peso de las ratas por semanas y se observó una reducción en su peso corporal.
A pesar de que hasta ahora las pruebas toxicológicas realizadas no han mostrado efectos secundarios y que aún faltan estudios para determinar si esta molécula es o no carcinógena, la investigadora dijo que representa una ventaja importante para el desarrollo de un nuevo fármaco.
Lourdes Rodríguez, quien es doctora en farmacología y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) con Nivel II, explicó que “el problema con el síndrome metabólico es que hay alteraciones en los niveles de glucosa, colesterol, triglicéridos, obesidad e hipertensión, y pacientes con más de dos o tres alteraciones tienen que tomar un medicamento para cada una. Entre más alteraciones presente el paciente, más número de fármacos tiene que consumir”.
Un siguiente paso en la investigación, dijo, es realizar el primer estudio en humanos, por lo que ya se ha preparado un expediente que analizará la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para que autorice el primer estudio de farmacocinética en pacientes.
En los estudios clínicos en sujetos y pacientes, que constan de tres fases, se analiza el efecto terapéutico y posibles reacciones adversas, la toxicidad; además, se busca establecer una dosificación ideal del medicamento a través de la administración oral, porque al tratarse de enfermedades crónico degenerativas, el paciente debe tomar sus medicamentos por años, si no es que de por vida.
Ya que es una molécula hecha en México y estudiada en pacientes mexicanos, representa otra ventaja en términos de farmacogenética, uno de los factores responsables en modular la respuesta a medicamentos, expresó Rodríguez Fragoso.