Cuernavaca, Morelos.- El ex ayudante municipal de Acapantzingo, Julián Jiménez Andrade, consideró que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) está obligada a realizar una serie de acciones a fin de corregir errores en la construcción del Paso Exprés Tlahuica, porque la obra sigue generando muchos inconvenientes y, sobre todo, cobrando vidas humanas ante defectos que son causa de permanentes accidentes viales.
Manifestó que, desde que se iniciaron los trabajos de esa vialidad, en su calidad de ayudante se generó un movimiento popular derivado de la falta de cumplimiento en lo que se refiere a la indemnización por desplazamiento o afectaciones a cientos de viviendas en la zona. Fue necesario llevar las protestas casi al límite, con las reacciones que ello provocó, llegando al extremo de la intimidación y la persecución, sobre todo, en su contra.
Y agregó que, desde entonces, y sin que aún se conocieran los resultados finales, se hicieron observaciones a fin de que se atendieran reclamos populares, cuya omisión es causa ahora de una inconformidad creciente. Jiménez Andrade señaló que, entre otras cosas, se advertía de ausencia de mecanismos preventivos para evitar inundaciones durante la temporada de lluvias, “pero no se quiso hacer caso y ya aparecen esos conflictos”.
Pero aclaró que, más allá de esos encharcamientos en la vía exprés, decenas de domicilios particulares -que se encuentran aledaños a la misma- sufren las consecuencias de una obra que aún sigue sin ser concluida. “El problema es que nadie quiere hacerse responsable de los destrozos y pareciera que sólo la presión y las acciones radicales pueden obligar a los responsables a su reparación”.
Lo anterior no es todo, consideró Julián Jiménez, también se aprecia creciente malestar de la población capitalina en general, porque finalmente no se ha podido lograr una utilidad total de esa vía de comunicación. En la parte sur de la capital, a la altura del Polvorín, el trayecto se reduce a un solo carril, tanto de salida de la ciudad como de entrada, lo que acaba en un cuello de botella que diariamente, en horas pico de tráfico, causa congestionamiento que lleva a retrasos de miles de usuarios que arriban a la capital para atender necesidades cotidianas, porque los carriles centrales están reservados para tránsito foráneo, cuando se tendrían que abrir al paso en un cien por ciento a todo mundo.
Finalmente consideró que la inversión del gobierno federal en el proyecto ha sido importante, pero no se ha permitido que se le dé la utilidad y rentabilidad que puede ofrecer, “por decisiones burocráticas que rayan en lo absurdo”.