José Luis Vásquez Ramírez, experto en Psiquiatría de dicha institución, explicó que este padecimiento, en México afecta a cerca del 3% de los niños y niñas. Afirmó incluso que los menores se pueden deprimir desde el primer año de vida, cuando hace falta el apoyo y afecto materno.
Explicó que el cuadro de depresión infantil es muy característico, pues se observan signos tales como rechazo al alimento, bajo peso, problemas de sueño y enfermedades recurrentes del aparato respiratorio, vías urinarias y gastrointestinales.
A nivel mundial, apuntó el psiquiatra del Seguro Social y encargado de la Clínica de Paidopsiquiatría, se calcula que más del 2% de menores de edad, de entre 5 y 12 años, sufren algún tipo de depresión como la distimia (trastorno afectivo leve caracterizado por baja autoestima), trastorno mixto ansioso-depresivo y depresión mayor.
Vázquez Ramírez indicó que en México el número de niños que presenta un cuadro depresivo es cercano al 3%. Y en el Instituto, dijo, al mes se detectan aproximadamente 500 casos en los hospitales que brindan atención paidopsiquiátrica.
La depresión infantil, refirió el especialista del IMSS, tiene entre sus causas un origen de tipo genético, además de una fuerte carga de problemas familiares, que dañan severamente la autoestima del niño, lo que genera en él temores y ansiedades, que repercuten en sus hábitos.
En la infancia, los varones son más afectados -siete niños por cada tres niñas-. Además, el número de pacientes se ha incrementado diez puntos en los últimos años. Los estudios recientes en diferentes escuelas del país, muestran que de cada 100 alumnos 30% presenta cuadros depresivos, cuando antes se presentaba en menos del 20%.
La falta de atención especializada a estos infantes puede complicar su situación, en cuanto a problemas de aprendizaje, trastornos graves de conducta y hábitos alimenticios, así como el riesgo de atentar contra la propia vida, actitud que tendrá su más alta incidencia en la adolescencia, donde el porcentaje se eleva hasta 60%”.
El IMSS alertó a padres de familia para que tomen medidas preventivas, entre ellas “estar atentos por si los menores presentan alguno de estos síntomas, acudan a la Unidad de Medicina Familiar del seguro social que les corresponda, a fin de evitar que este padecimiento llegue a complicaciones que pongan en riesgo la salud de sus hijos”.
Estos pacientes son tratados principalmente con terapia a través de juegos, psicoterapia individual y psicoterapia cognitivo-conductual, que pueden modificar el estado emocional del niño sin tener que utilizar algún fármaco antidepresivo. Este método, destacó el doctor José Luis Vázquez Ramírez, tiene éxito en un 90%.
La familia es el entorno más inmediato del niño, y en sus cuidados y atención se basa el desarrollo no sólo físico sino personal, ya que desde recién nacido y hasta los tres y cuatro años de edad el niño desarrolla todos los elementos básicos con los que más tarde va a construir su vida futura: lenguaje, afectos, hábitos y motivaciones.
De ahí que se considere que el principal detonante de la depresión infantil es el maltrato y la violencia intrafamiliar, a los que posteriormente se agregan las presiones y el rechazo en la etapa escolar.
La principal sugerencia a los padres, insistió el psiquiatra del IMSS, es que los padres promuevan los valores de la familia, haya comunicación con el infante y fomenten seguridad personal en el pequeño”.