Tepoztlán, Morelos.- La carroza con los restos mortales de Eduardo del Río García, “Rius”, caricaturista, monero y escritor, salió a las 15:28 rumbo a la agencia funeraria Gayosso de Sullivan en la Ciudad de México.
Detrás de la camioneta gris iban en autos sus familiares y algunos amigos cercanos.
Su hija, Citlali del Río, dijo pocas palabras en una entrevista mientras arreglaban el cuerpo de su padre:
“Todo lo que soy se lo debo a él. Influyo mucho en mi conciencia social y política. Es desde luego una gran pérdida para nosotros”.
Por la mañana habíamos ido a la casa donde pasó sus últimos años, el número 40 de la calle Citlali, en Tepoztlán. A esas horas todo estaba en silencio. Pasaban de vez en cuando por esa calle sus vecinos, al parecer no sabían de la muerte del maestro.
En el domicilio particular tocamos y nos abrió Felipe Casas, veterinario y amigo de Rius, eran las 9:36 de la mañana:
“Murió a como a las dos de la madrugada. Tenía 83 años (nació en Zamora, Michoacán, 20 de junio de 1934). Ya estaba enfermo de cáncer, como ustedes saben. Se lo llevaron sus familiares, lo van a velar en la Ciudad de México”.
Dentro de su casa había tres perros: un french poodle, de nombre “Chiquis”, un salchicha llamado “Perejil” y un xoloitzcuintle de nombre “Chamuco”, que de acuerdo con Felipe Casas “de seguro va a acompañar a cruzar al maestro Rius en su camino rumbo a Mictlán”.
Los perros y Rius
Rius incorporó a los perros callejeros o criollos en sus historietas de Los Supermachos y Los Agachados. Primero estuvieron allí, roñosos, como una mancha en el paisaje, poco a poco los perros del maestro se fueron incorporando a la historia hasta que, desde su perrez ladrante, se volvieron personajes y Rius los hizo hablar.
Los miraba uno en las historietas y después en los libros estirando la pata y orinando las esquinas, o sentados o caminando con su cola enrollada como preguntando por qué tanto agachado o porque tanta pobreza.
“Le gustaban mucho los perros al maestro; en especial los corrientes o criollos”, nos relató su amigo y veterinario Felipe Casas.
Rius escribió varias decenas de libros con los que muchos pudieron pasar algunas materias en la universidad: “Marx para principiantes”, el “Manual del perfecto ateo”, “El mito guadalupano”, son algunos de los libros clásicos que se volvieron de lectura obligada, porque en ellos el monero explicaba en pocas palabras o en mínimos trazos lo que los teóricos exponían en uno o dos volúmenes.
Eduardo del Río García tuvo su última exposición en Morelos: “Rius para principiantes”, montada en el Centro Cultural Jardín Borda en julio de 2015, cuando cumplió 60 años como caricaturista o “monero” como él se nombraba. Descanse en paz.