Los concesionarios que están obligados a renovar la concesión en este 2010, como cada 10 años, son los del transporte público sin itinerario fijo, de carga y cerca de la mitad de los que prestan servicio colectivo.
La Dirección General de Transportes tiene un padrón aproximado de 15 mil dueños de concesiones que deben renovarlas en menos de tres meses o de lo contrario serán sancionados, y en el peor de los casos perderían su permiso para operar.
Los transportistas justificaron su incumplimiento a la falta de recursos y al incumplimiento del gobierno estatal para aprobar un nuevo periodo de subsidios fiscales, el cual, supuestamente, se abriría desde la semana pasada y hasta diciembre de este año.
Román Rojas Almaraz, del grupo Federación Auténtica Morelense en el Autotransporte (FAMA), dijo que los transportistas integrantes de su agrupación suspendieron todos los pagos incluido el de la renovación de la concesión por falta de recursos, pues al no contar con descuentos se han negado a pagar al 100 por ciento.
“Estamos en espera de estos apoyos porque sí los necesitamos para poder cubrir los 14 pagos fiscales a los que estamos obligados. La renovación de la concesión es uno de los que no hemos cumplido, al igual que la Revista y el tarjetón”, detalló.
El costo de este requisito es de mil 640 pesos, y están obligados todos los concesionarios a realizarlo cada 10 años tal y como lo marca la Ley de Transportes. El permiso sólo se pierde si se deja de pagar por un periodo mayor a un año y la Dirección de Transportes lo recupera.
En caso de muerte, el concesionario tiene derecho a heredar la concesión a sus familiares, y sólo en caso de que los consanguíneos no la tomen, la Dirección tiene la posibilidad de cederla a otro transportista.