El oriundo de Cuernavaca es arreglista, poeta y compone canciones.
Hermelando Alvíter tiene nombre de artista. Es un músico, arreglista, poeta y compone canciones:
"No me gusta decir que soy compositor porque ese título te lo da el pueblo. Por eso digo que he compuesto algunas canciones", platica Hermelando Alvíter Martínez hoy, 22 de noviembre, día del músico, en una fonda del Mercado Adolfo López Mateos.
Los habitantes de Cuernavaca seguramente han visto a Hermelando acompañado por dos músicos más, tocando y cantando en los restaurantes; él lleva el requinto y es uno de los músicos que toca con frecuencia en el Mercado Adolfo López Mateos.
Tiene 39 años de edad y ha compuesto unas 100 canciones aunque ha registrado sólo 50. Sus letras la han cantado músicos locales y de entre ellas destaca el corrido “Mi Cuernavaca Morelos”, también se le conoce otra que relata un incendio en el mercado.
Sobre la pieza a Cuernavaca, relata que se la habían robado, pero la peleó y ganó en el YouTube. La compuso hace como cinco años y la subió a su canal, luego le llegó el reclamo, pero demostró que era suya y en poco tiempo recibió un mensaje que habían retirado el reclamo. Había registrado la canción dentro de un álbum, pero tuvo que hacer el registro como una canción individual.
Hermelando nació para ser músico, lo supo a los 19 años. Relata que la música siempre le gustó. Sus papás ponían casetes de Los Alegres de Terán, de los Hermanos Banda, de muchas agrupaciones, populares, campiranas.
“Ya ves que hay muchos chavos que la música de sus papas no les gusta, pero a mí me gustaba, como que la sentía y hasta intentaba hacer mi propio instrumento, mi guitarra”.
Y también escuchaba el estilo de Tierra Caliente, los huapangos como los que tocaban Los Milperos. también escuchaba a Bertín y Lalo, le llamabaN mucho la atención los requintos de este dueto guerrerense y decía “algún día llegaré a tocar como ellos”.
Aprendió a tocar hasta los 19 años en una rondalla. El grupo se llamaba “Voces del Amanecer” en Temixco, en la preparatoria José María Morelos y Pavón.
Cuando terminó la prepa lo invitaron a hacer unas misiones, y se fue un año. Iba a renunciar porque quería una carrera, y le dijeron que podía seguir estudiando ahí si quería; aceptó y se fue a la Ciudad de México. Entró becado a la carrera de Ciencias de la Comunicación y Filosofía en el Instituto de Comunicación y Filosofía de la Sociedad de San Pablo, al mismo tiempo que trabajaba en la editorial de los Misioneros Apóstoles de la Palabra, redactando y encargándose de la distribución, vía correo postal, del periódico "Iglesia y sectas". Tuvo que dejar la carrera hasta el sexto semestre porque se le terminó la beca que le deban y no pudo seguir pagando las colegiaturas.
Para el 2006 volvió a Morelos. Buscó trabajo y lo decepcionaron los salarios y prestaciones que le ofrecían, así que, junto con un compañero de escuela, se dedicó a cantar y tocar en el servicio de transporte público de la zona conurbada de Cuernavaca. Después encontró a otros compañeros con los cuales finalmente integraron el trío Voces del Amanecer, con los que trabajó de lleno por espacio de unos diez años: estaban dedicados a amenizar eventos festivos y a cantar y tocar en algunos restaurantes y fondas donde pedían cooperación y repartían tarjetas.
Con el tiempo fue aprendiendo a requintear de manera autodidacta, escuchando a sus compañeros de oficio, además de algunas lecciones que ellos mismos le impartían; también veía tutoriales en la red.
Comenzó a subir sus primeros vídeos de YouTube, sus composiciones y algunas poesías en su canal Hermelando Alvíter Martínez. Viendo y escuchando requintos y adornos para requinto de música ranchera, se dio cuenta que el estilo que buscaba y le gustaba no estaba en internet, y lo poco que había era muy malo. Así que subió un video tocando una ranchera con sus requintos y adornos al estilo que le gustaba, y con ellos tuvo éxito. De ahí comenzó a subir vídeos similares, vídeos con músicos en vivo tocando rancheras y así le comenzaron a salir trabajos.
“Poco a poco he ido creando mi estudio de grabación con el que actualmente hago trabajos para otros y para mí canal y de vez en cuando voy a alguna tocada (a la) que me invitan como requintista. He ingresado como miembro de la Sociedad de Autores y Compositores de México en este año de 2019. He grabado un CD en Ediciones Apóstoles de la Palabra con el título Sendas de amor y de 13 temas, 10 son míos, con el estilo ranchero campirano. Algunas de mis canciones están grabadas con el Trío Voces del Amanecer. También me gusta leer y escribir poesía, cuentos y alguno que otro artículo, ensayo o reflexión”, platica.
Hermelando no se arrepiente de haber dejado una carrera trunca y tomar el camino tan difícil de la música.
“Yo propiamente no iba para sacerdote ni para de eso, ahí me permitían estudiar como laico. Quizás para mi carrera si me serviría el título, obviamente, eso si me hubiera gustado tenerlo. De hecho, todavía puedo gestionar y tal vez todavía puedo, pero ya no sé si tenga tiempo. No me arrepiento porque gracias a Dios éste ha sido mi camino, el de la música, y es el que quiero seguir y me gusta. Hago lo que me gusta y gano; mal, mal, no me va, por lo menos para ir sobreviviendo ahí la llevo”.
Su trabajo lo ha hecho, mostrado y vendido en las redes. Desde que cursaba sus estudios profesionales usaba programas y plataformas digitales que le permitieron poner su producción en los ojos y en los oídos del mundo por medio de YouTube y las diferentes redes sociales, como Facebook. Hace arreglos, pistas para karaoke, tutoriales para requintos y acompañamientos; esto le permite obtener dinero para sobrevivir y seguir dedicándose a la música.
El repertorio de Hermelando está compuesto por aproximadamente doscientas piezas y se sabe más de mil canciones. Le gustan especialmente los boleros del estilo de Los Panchos, Los Dandys, Los Tres Ases. Le gusta como componen Álvaro Carrillo y Agustín Lara.
Alvíter reconoce la influencia de grupos de la sierra de Guerrero en Morelos. Uno de los grupos que más ha influido es Los Armadillos.
“Simón Rodríguez es el requintista. Ellos empezaron con Jesús Bustos y Rigoberto Flores, se llamaba Dueto Los Armadillos. Jalaban a otros músicos, se los llevaban a tocar a sus eventos porque ellos no tocaban mucho e incorporaron después a los hermanos Simón Rodríguez y Sebastián Rodríguez. Ya después se salieron aquellos y formaron los actuales, Armadillos de La Sierra.
Pero Los Armadillos son continuadores del estilo sierreño que propuso el Dueto Bertín y Lalo.
Hermelando siempre quiso tocar con el estilo de Bertín y Lalo, treinta años después pudo tocar como él y también fue profundizando en otros ritmos y estilos como el de Gilberto Puente, requintista de Los Tres Reyes y Juan Neri, requintista de Los Tres Ases.
El camino de aprendizaje que ha emprendido este músico lo comparte con las nuevas generaciones. Uno de los grupos a los que asesoró y dio el nombre fue a Los Morros Sierreños, Josué y David, ellos se hacían llamar “Los Amarillitos” pero Hermelando les puso el nombre de Los Morros Sierreños, ahora ya tienen su propio canal de YouTube.
“A mí me gusta mucho escribir y siento que voy a seguir escribiendo música, corridos, poesía, cuentos. Me gustaría hacer un libro de cuentos que se llame “Cuentos de mi papá” porque desde chiquito siempre nos contaba cuentos, nada más que lo grabe, lo redacte y lo vaya mejorando”, dice Hermelando Alvíter Martínez.