En tiempos de pandemia por covid-19 la economía solidaria y la creación de grupos en redes sociales, los cuales mantuvieron comunicación con mercados, servicios profesionales en línea gratuitos y de pago, así como la oferta de productos en línea y servicio de repartidores en lo individual, representan una importante forma de subsistir y enfrentar la crisis sanitaria para muchas familias, señaló Imke Hisdrichs, del Centro de Investigación Transdisciplinar en Psicología (CITPsi) de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).
Imke Hisdrichs presentó la conferencia virtual “Precariedad y solidaridad: Reflexiones sobre la visibilización de realidades laborales en la contingencia”, en la que destacó la importancia de que la ciudadanía consuma productos locales en una economía solidaria antes, durante y después de la crisis sanitaria; exija el respeto a sus derechos laborales y un trato digno, además de buscar estrategias para acompañar los procesos de reconstrucción social.
Imke Hisdrichs hizo un recuento de las empresas que al inicio de la contingencia abusaron de sus trabajadores obligándolos a asistir en condiciones de riesgo, o los despidieron de manera injustificada. Y en Morelos, algunas otras argumentaron que realizaban actividades esenciales y no detuvieron labores, así como los jornaleros que debieron seguir trabajando en los campos de caña y arroz.
La investigadora, que pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), señaló la necesidad de ver este momento social como un esquema de gestión y reducción de riesgos y desastres, en donde se analiza y se procede de acuerdo a un plan de antes, durante y después de las emergencias.
Por otra parte, la investigadora destacó que de acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se visualizan 11.5 millones de nuevos desempleados en América Latina, siendo los jóvenes los más afectados.
Para México, sostuvo que de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), habrá una disminución del 5.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), llevando a 10.7 millones de personas a la pobreza extrema. Lo que se agudiza porque 7 de cada 10 personas tenían ingresos medio bajos y bajos antes de la pandemia.
Imke Hisdrichs propuso continuar con el esquema de economía solidaria y buscar que la sociedad sea más equitativa, mientras que, desde la investigación, visibilizar y compartir los resultados de todo trabajo, informar de las políticas públicas y exigir acción, colaboración y construir redes en las disciplinas donde también participe la sociedad civil, además de acompañar y documentar, desde la psicología social organizacional, los procesos de auto-organización y reconfiguración social.