Leonardo dejó el volante porque ganaba 50 pesos al día.
Hace dos meses, Leonardo Blanco Ortega cambió el volante de una unidad de la Ruta 6 por una pequeña libreta y un lapicero. Hoy trabaja como checador de rutas en los andenes del mercado Adolfo López Mateos (ALM) debido a que sus ingresos económicos como chofer disminuyeron hasta en un 70 por ciento.
Cuenta que trabajó 20 años como operador del transporte público, pero tuvo que dejar este trabajo porque con la pandemia por el covid-19 el servicio bajó tanto que, en ocasiones, en un recorrido no subían más de cinco pasajeros a la unidad.
Por esa situación y con la responsabilidad de mantener a su esposa e hijo decidió probar como checador y poco a poco va aprendiendo.
“Como chofer ya no salía el dinero, antes alcanzaba para pagar la cuenta y el combustible, y me quedan libres entre 200 y 250 pesos diarios, pero con la contingencia apenas podía llevarme 50 pesos o hasta menos. Además, nos afecta el precio de la gasolina que empezó a subir y ahorita la estamos comprando hasta en 19 pesos el litro”.
Es la primera vez que Leonardo trabaja fuera del volante y por eso, dice, aprovechará el tiempo que pueda trabajar como checador, porque también tiene su lado positivo. Por ejemplo, tiene oportunidad de comer a tiempo y de alguna manera hacer un poco de ejercicio, pues tiene que correr por la tarjeta para checar la hora de llegada de los operadores al mercado.
El entrevistado refiere que el trabajo es bueno, sin embargo, lamenta que este sector no ha recibido apoyos.
En la actualidad sobrevive con el poco dinero que gana al día y tiene pensado regresar a trabajar como chofer, una vez que la contingencia sanitaria termine, ya que por la pandemia varias unidades están paradas en la base por falta de pasajeros.