Las Secretarías de Salud y de Educación presentaron a jefes de sector y supervisores de educación básica un compendio de los citados lineamientos de aplicación federal, orientados a coadyuvar a abatir la obesidad infantil.
Conforme al documento, se aplicarán tres fases; la primera de ellas termina en julio de este año, y en estos meses, según la tabla, será posible la venta en el interior de las escuelas de algunos alimentos y bebidas conforme a su contenido en grasas, kilocalorías, azúcares, sodio, ácidos, entre otros, que inciden en el peso de los infantes, por cada porción. Por ejemplo, se señala que podrían comercializarse botanas cuya porción no contenga más de 140 kilocalorías, que no exceda del 40 por ciento de grasas de las calorías, pero que no contengan sodio, ni azúcares añadidos. Como un referente, se señala que se permite la venta de leche en una porción de 250 mililitros con no más de 50 kilocalorías y el 1.6 por ciento de grasas totales.
En este marco, el secretario de Educación, José Luis Rodríguez Martínez, informó que se darán cursos con personal de los Servicios de Salud en las escuelas para explicarles cómo elegir los productos que pueden ser vendidos y sobre todo orientar sobre cómo pueden los padres de familia alimentar mejor a sus hijos, no sólo en cuanto a lo que habrán de enviarles a la escuela sino lo que les dan en casa.
Dio a conocer que la SEP federal ya realiza un monitoreo en 100 escuelas de todo el país, entre ellas de Morelos, y se efectuará una estrategia similar a nivel local con la participación de la dirigencia sindical del magisterio, con visitas sorpresivas, aleatorias para ver si se aplica o no y cómo se aplican dichos lineamientos.
Enfatizó que no se trata de imponer sanciones ni regaños, sino de “acompañar” a los maestros en este proceso y si hay dudas, irlas despejando.