La institución llevó a cabo un foro sobre el tema de mortalidad materna, en el que se dio a conocer los resultados del trabajo de investigadoras del Centro de Información para Decisiones en Salud Pública (Cenidsp) del INSP. Esta instancia informó que “si bien la mayoría de las muertes ocurren en zonas urbanas, el riesgo de morir es 2.06 veces mayor —más del doble— entre las mujeres que viven en comunidades rurales”. Subrayan que a pesar de que la mortalidad en México ha disminuido consistentemente, la razón de mortalidad materna (RMM) —proporción de muertes maternas entre el total de nacimientos en un año por cien mil— en nuestro país es nueve veces mayor que la RMM de los Estados Unidos de Norteamérica y Canadá.
De acuerdo con Rosa María Núñez Urquiza, Lorena Tejeda Canseco y Evangelina Morales Carmona, “una de cada cinco embarazadas presenta emergencia obstétrica que requiere no sólo de atención por parte de especialistas e intervenciones hospitalarias como cirugías o transfusiones sanguíneas, sino incluso de terapia intensiva de emergencia”.
Según agencias intergubernamentales, como Unicef y la Organización Mundial de la Salud, y organizaciones civiles dedicadas a la reducción de la mortalidad materna, existen cuatro intervenciones que disminuyen directamente esta problemática: planificación familiar, porque reduce el embarazo no planeado, especialmente en mujeres en edades extremas; atención del parto por personal profesional, acceso oportuno a la atención hospitalaria de emergencia obstétrica y acceso al aborto seguro.
En cuanto a los determinantes sociales que lo hacen de manera indirecta, destacan el incremento de la escolaridad y la concentración de la población en áreas urbanas, señala el informe, ***“para hacer frente a este grave problema, se requiere incrementar la calidad no sólo de la atención del parto, sino del seguimiento que se da a la mujer puérpera, ya que hasta un 16% de las muertes ocurren durante las semanas posteriores al parto (puerperio).
Asimismo, es necesario lograr que las mujeres y los hombres que no planean un embarazo utilicen anticonceptivos, así como garantizar que las mujeres que deciden abortar tengan acceso a atención médica.
Otras acciones que resultan imprescindibles llevar a cabo son, entre otras, asegurar que las mujeres trabajadoras gocen de las condiciones laborales que la Ley Federal del Trabajo establece para la mujer en edad fértil, ya que en México más del 33% de las mujeres en edad fértil (15 a 54 años de edad) trabajan en forma asalariada, y otro 18% lo hace en la economía informal; mejorar el acceso oportuno a los servicios de salud, especialmente entre las mujeres jornaleras agrícolas, las empleadas domésticas, las mujeres indígenas que habitan en comunidades rurales remotas y las adolescentes migradas a zonas urbanas.
El INSP dio a conocer en este contexto que dada ***“la magnitud de las cifras aquí mencionadas sobre este problema y lo impostergable que resulta adoptar las medidas adecuadas para abatir su prevalencia en México, estos y otros aspectos de la mortalidad materna serán abordados en el XIV Congreso Internacional sobre Salud Pública (CONGISP), el cual habrá de celebrarse del 1 al 4 de marzo del presente año esta ciudad, sede del Instituto Nacional de Salud Pública, con la participación de prestigiados especialistas de México y el mundo.