Por su trabajo como chofer de taxi, Julio Molina dice que es difícil no tener contacto con otras personas; sin embargo, para evitar un posible contagio de covid-19 durante los viajes, obsequia gel antibacterial a los pasajeros y les pide usar el tapabocas.
Trabaja como chofer de taxi desde hace 15 años, y explica que por la contingencia sanitaria del covid-19, sus ingresos económicos son de 600 pesos diarios, de los cuales 200 son para la cuenta y otros 200 para el combustible.
Para sus gastos personales le quedan 200 pesos, y de este total debe ahorrar un poco de dinero porque a la semana gasta 80 pesos para comprar un litro de alcohol gel y obsequiar a las personas que le piden el servicio.
El entrevistado cuenta que por la emergencia sanitaria trabaja más de 12 horas todos los días porque necesita dinero para comprar lo necesario para la alimentación de su familia y solventar gastos de servicios como agua y luz.
Dice que durante su jornada laboral se ha encontrado con personas que no llevan puesto el tapabocas, pero no puede negar el servicio porque hay mucha competencia entre taxistas y conductores de transporte privado.
“Antes de que se suban al carro les digo que se pongan el tapabocas y la mayoría de las personas hacen caso. Lo traen en la bolsa, porque saben que para entrar a cualquier establecimiento es obligatorio que lo lleven puesto o no los dejan pasar”.
Julio señala que al principio de la pandemia bajó el servicio a un 40 por ciento y en las últimas semanas incrementó al 70 por ciento, pero todavía no ven mejoría porque también está la competencia del servicio que ofrecen los conductores de Uber y Didi, lo cual –afirma- es “una guerra sucia".