Vende tacos y gorditas en la calle; su clientela se molesta si la ve trabajar sin protección.
“Los clientes que vienen a comprar a veces se molestan o nos dejan de consumir porque nos quitamos el cubre bocas, pero a veces te sofocas. Es imposible traerlo en todo momento y más cuando estoy cerca del comal” comentó María del Rosario Torres, quien vende tacos, gorditas y quesadillas en la avenida 10 de abril del municipio de Jiutepec.
“Tenemos muy pocos ingresos desde que empezó el confinamiento. No hay gente en las calles, los vecinos prefieren ahorrar dinero o preparar la comida en casa, porque a todos nos afectó la pandemia, sobre todo en el bolsillo”, se quejó la comerciante, quien detalla que antes de la pandemia ella lograba vender témpano toda su comida.
“Antes que empezara todo esto vendíamos toda la comida que hacíamos, todos los guisados los terminamos temprano, antes de las dos de la tarde ya no estábamos aquí. Ahorita nos estamos quedando hasta las cuatro de la tarde con la esperanza de vender un poco más pero no tenemos éxito”.
“Tengo miedo de contagiarme pero tengo que pagar la renta, los servicios y, lo más importante, tengo que mantener a mi hija. Espero que no tengamos que regresar a quedarnos en casa porque muchos de nosotros perderíamos nuestro patrimonio”, puntualizó la entrevistada.