En el servicio agarra parejo, para evitar problemas con los pasajeros.
Por la pandemia del covid-19 es obligatorio el uso del cubrebocas, pero a decir de Francisco, quien trabaja como operador del transporte público, en las comunidades que se rigen por usos y costumbres la gente se niega a creer en la propagación del virus y no usa el tapabocas.
El entrevistado reconoce que tiene miedo a contagiarse de covid-19 y de una sanción por parte de las autoridades. Sin embargo, no puede negar el servicio a los que no llevan puesto el tapabocas, porque la gente se le pone al tú por tú.
“La mayoría de las personas sí usan el cubrebocas, pero la gente que vive en Ocotepec, Ahuatepec y Villa Santiago, norte de Cuernavaca, no lo usa y no tiene caso negarles el servicio, porque no hacen caso y se ponen a pelear con uno; yo mejor me quedo callado”.
Agradece que hasta el momento no ha recibido ninguna sanción por llevar a pasajeros sin cubrebocas, pero cuenta que hace unos meses uno de sus compañeros fue multado con dos mil 400 pesos por esa situación.
Señala que por la emergencia sanitaria el servicio de transporte colectivo es escaso, por lo que tuvo que solicitar un préstamo de 30 mil pesos para solventar gastos en su casa y comprar lo necesario para la alimentación de su familia, porque sus ingresos como chofer de ruta son insuficientes.
A decir de Francisco, hasta el momento no ha recibido ningún apoyo económico para enfrentar la crisis que dejó la pandemia. Solo recibió una despensa hace ya varios meses.