Cuando empezó la contingencia sanitaria por covid-19, Silvia se vio obligada a cerrar su negocio con venta de ropa porque durante los meses más críticos este giro no estaba catalogado como esencial para poder operar. Tras el cierre y ante la falta de ingresos económicos, se registró como conductora en la plataforma de viajes DiDi.
En los primeros meses de pandemia, dijo Silvia, había muy pocos servicios; incluso llegó a pensar que Cuernavaca se convertiría en una ciudad fantasma, pues pasadas las seis de la tarde era escasa la gente que se paseaba en las calles.
“Fueron días muy difíciles porque tuve que cerrar mi negocio y me quedé sin trabajo; pero después, uno de mis amigos me dijo que ahí estaba el carro para que lo trabaje como DiDi. Entonces me animé, aunque tampoco había servicios porque la gente no salía de sus domicilios. Sin embargo, últimamente ya estamos trabajando a un 90 por ciento”, dijo.
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De su labor refirió que no ha sido necesario negar el servicio de transporte porque, al ser obligatorio, la mayoría de las personas hacen uso del cubrebocas. Sin embargo, durante los viajes algunos clientes le han robado dos botellas de gel antibacterial.
Otro factor que también les afecta, además de la pandemia, es la inseguridad; en este sentido, señaló que para evitar ser víctima de asaltos evita los servicios a colonias como Antonio Barona, Lagunilla y Patios de la Estación, en Cuernavaca, así como algunas de Temixco.
“Afortunadamente no me ha pasado nada, pero mis compañeros me dicen que los han asaltado en varias colonias y la mayoría de estos casos ocurren después de las 12 de la noche”, refiere.
Al día, Silvia realiza alrededor de 24 viajes, empezando desde las seis de la mañana, hasta las 11 de la noche, por lo que sus ingresos económicos son de hasta 700 pesos y aumentan en fin de semana.