Para Eugenia Moctezuma y Sofía Escalera.
En mi columna anterior decía quién no es un crítico literario en México. Gracias a sus comentarios y preguntas durante la semana, ahondaré en el tema:
Qué es y qué hace un crítico literario según Daniel Zetina
Un crítico literario es quien lee libros que otros publican, luego escribe su opinión y cobra por publicarla. No regala su opinión, no opina de gratis, ni lo hace al vuelo.
Un crítico vive de serlo, no vive de otra cosa (como becas, sueldo de burócrata o editor) ni combina sus ingresos. En todo caso, sus críticas son su principal ingreso, con lo que paga su renta, sus gastos, sus libros, la colegiatura de sus hijos, sus gustos.
Un crítico ofrece un juicio de valor sobre una obra. No es un analista ni un estudioso ni un reseñista ni un articulista. Su trabajo es destrozar o alabar un texto, desde un punto de vista subjetivo y personal, con base en su buen gusto y no en la cantidad de libros que ha leído ni en los títulos que tiene colgados.
Un crítico literario también hace fama y es respetado por un público que lo lee, con alguna frecuencia y toma en cuenta sus opiniones, porque ha comprobado que sí tiene buen gusto y que sus recomendaciones le harán tener una buena experiencia o añadir algún conocimiento a su bagaje.
¿Cuál es el objetivo del trabajo del crítico? Se critica para fomentar la venta de un libro (o inhibirla), no para sentirse más sabio, ni para comportarse petulante desde un escritorio o en un café de una colonia gentrificada.
Un crítico trabaja por su cuenta y a la vez para diferentes medios (o para uno solo), sea con un sueldo fijo o con pago por entrega. Es preferible que tenga un espacio específico dentro del medio (periódico, revista, gaceta, blog, sitio web) para que sus lectores lo encuentren con facilidad.
Un crítico es libre de dar sus opiniones, no sigue ninguna línea, nadie piensa por él. Le pagan por pensar. Además escribe con un estilo propio, gestionado a través de los años de práctica. Su sintaxis puede ser todo lo culta que guste, pero comprensible para el público en general.
Un crítico literario es tan libre como el artista, pero no es un artista, comenzando porque no escribe desde su imaginación, sino acerca de lo que otros hacen. Sus textos no son considerados “obras originales”, sino que se encuentran en el rubro de “obras derivadas”.
No se puede ser literato y crítico, por un principio básico: no puedes ser juez y parte.
Hay que añadir que sí, el crítico es un lector refinado que se prepara: estudia cosas como literatura comparada, filosofía, sociología u otra especialidad relacionada con sus temas. Es una apersona culta, con claridad de pensamientos, lúcido en sus opiniones y consistente en sus argumentos. Claro que, como en cualquier oficio, si el crítico solo sabe de crítica… ni de crítica sabe. Por eso, deberá ser también un gran observador de su entorno, estar informado, actualizado.
Añado que: no se hace crítica mediante entrevistas en medios. La crítica literaria es algo a la vez profundo (porque se lee muy bien) y comercial (su finalidad es la venta).
Como modelos de críticos literarios, comprendo el Reino Unido, Europa y EUA. En EUA existe uno que de tan crítico es tachado de presumido: Harold Bloom. En México (después de pensarlo mucho) diría que Cristopher Domínguez Michel quizás sí sea todo un señor don crítico literario mexicano, aunque no estoy tan seguro.
En nuestro país no hay un medio modelo de crítica literaria. Y, por favor, no se piense que Letras Libres, Nexos, La Tempestad (si aún existe) o la Revista de la Universidad de México han ejercido alguna vez la crítica literaria, porque jajaja.
Por último, insisto: nunca serán críticos literarios: escritores, poetas malditos, editores, promotores culturales, bibliotecarios, libreros, maestros, madres de autores, burócratas literarios, políticos, traductores, administradores de grupos de Facebook, impresores, correctores ni locutores.
¿Algún crítico literario por aquí que pueda demostrar que lo es y que tenga otra opinión? De nada, gracias.