¡Llegando el payaso y soltando la carcajada! Así es como tenemos que reaccionar mis brothers, ¡en cortina! y en la calumnia de hoy les corro la original sobre las que tiene que sortearel ser humano para sobrevivir en el inframundo hoy en día. Fíjese bien, cuate lector, encuentro que en pleno siglo XXI, la esclavitud continúa en el mundo, en el mundo entero. aunque usted no lo crea, mi brother. Por supuesto nuestro país no podría ser la excepción. Románticamente creímos que cuando el cura Hidalgo nos habría liberado, pues al paso de los años no fue así; y ni me haga pucheros ¿eh? ni se me vaya a poner perro por el comentario, su majestad, porque es la neta del planeta. Perdóneme, mi brother, pero la esclavitud existe, en el mundo laboral, los precarios salarios, el sindicalismo incongruente, prolongadas jornadas junto con maltrato psicológico y un poquito de grilla confirman lo que aquí comento; esclavitud en la niñez, cuántas bandas existen dedicadas a la explotación de niños; ya sabe, los visten de payasitos o los ponen a hacer piruetas, a tragar lumbre y a revolcarse en el suelo boca abajo sobre pedazos de vidrio de botella de caguama ¡como el gran Houdini! Las esquinas más transitadas de nuestra ciudad capital son testigos de la que hoy le corro. Algunos quizá por la falta de oportunidades y la gran desigualdad económica. Esclavitud a través de la prostitución en lo laboral también; cuántas mujercitas son obligadas de manera muy sutil a bajarse los de encaje y tener relaciones sexuales con el goloso "patroncito" !¡muchas!
La necesidad, desgraciadamente, motiva quizá a estas damitas a tolerar al monstruo que las dirige; la sutileza es la vía a través de la cual cobran vida estas infamias. Hoy en día, mi brother, siempre se los he comentado, no podemos tapar el sol con un dedo, mister. Los valores se han perdido o ¿acaso considera usted que las cosas han cambiado? Nel pastel, a cada instante el ser humano se vuelve más corrupto. Hay que decirlo, la tentación cobra más adeptos; mire, patrón, es simple; la naturaleza del ser humano de todos los tiempos ha sido buscar el bienestar. Partiendo de esta filosofía ancestral, no podemos negar que ciertas damitas y así también muchos "caballeritos" (y conste que no generalizamos) ingresan al mundo laboral por el simple hecho de gozar de un físico atractivo -¡de "buenos bigotes" pues!- aun y cuando ni siquiera sepan hablar, evidentemente a la vista del lujurioso patrón o patrona son diamantes en bruto a los que habrá que sacarles provechito. Ojalá entiendan que esa no es la "fórmula mágica" para lograr el éxito, porque entonces caerían también en un tipo de moderna esclavitud.
Hay que recordar, querido lector, que todas esas circunstancias negativas no asimiladfs indiscutiblemente tendrán que repercutir en la estabilidad emocional de cada persona; evidentemente el resultado es un inconsciente rechazo al éxito en cualquier área de nuestra vida, en la relación de pareja, en lo laboral, en lo social, y paralelo al fenómeno de la esclavitud, la forma real y franca a través de la cual podríamos abolir esa esclavitud en pleno Siglo XXI. Indiscutiblemente se lograría según este mafufo escritor a través de la práctica del desarrollo humano. Ahí se las dejo de tarea. ¡Hasta la próxima! se despide de ustedes su reporñerazo favorito.