Sociedad

EL TIMO DE TIMOTEO

TXT FRANCISCO MORENO
Lectura 2 - 3 minutos
Objeto colocado recientemente en Boulevard de la Luz y Paseo del Pedregal, en la Ciudad de México.
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EL TIMO DE TIMOTEO

TXT FRANCISCO MORENO
Objeto colocado recientemente en Boulevard de la Luz y Paseo del Pedregal, en la Ciudad de México.
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¿De quién es el espacio público?, las calles, avenidas, plazas, parques; lugares de convergencia y hábitat de la comunidad, ¿del ciudadano?, ¿de todos? Ese espacio de encuentros masivos y andanzas anónimas, manifestaciones, celebraciones, cónclave de la polis, nudo polisémico de identidad y arraigo.

¿Nos pertenece? o solo somos consumidores indiferentes del acontecer y del discurso visual que “tragamos”, “asimilamos” y “transformamos” en mito, rito y símbolo.

La apropiación del espacio público es una quimera, no hay tal; en todo caso somos víctimas de una usurpación disfrazada de colectividad; hay manipulación, nos timan y arraigamos en nuestro imaginario colectivo siluetas patrióticas, figuras que remiten a nuestros orígenes, piezas de héroes que enaltecen conceptos tan desgastados como libertad y justicia, es más, los mismos grafitis que son murales anarquistas y contestatarios ya forman parte del paisaje urbano. Nada nuevo bajo el sol.

En este escenario, las expresiones artísticas conllevan un derecho individual inalienable, los que las hacen lo ejercen, quienes las consumimos también. Pero el disfrute del objeto artístico es una acción única y personal, privada; nadie me obliga a tener una escultura en mi jardín o a leer un libro que no me apetece. Si así fuera viviríamos en un sistema totalitario sin libertades y derechos. Pero la comunidad que cedió la autoridad a otros se convierte en víctima de las decisiones que ellos toman, en pocas palabras, son timados.

Los ejemplos sobre este tipo de prácticas son tantos como aberraciones que llegan a nombrar “obras de arte”, calificativo que ya no se cuestiona, por eso asumimos fácilmente que un aficionado, un diletante afortunado o un profesionista que maneja bien los materiales se le llame “artista”.

No es lugar para analizar la calidad, hechura, estética o significado, si es que lo tiene, de la obra “Timo” de Rodrigo de la Sierra; él mismo ha dicho respecto a su personaje que “Cada quien tiene su visión y cada quien tiene su limitación. El arte no es para todos”...”La pieza tiene mucho concepto.... cada quien ve lo que es, lo que le proyecta”. Argumento tan ligero y general que nos posibilita para que “cada quien” haga lo que le venga en gana, al carajo la comunidad, que viva la desfachatez y los caprichos.

Cuauhtémoc Medina, crítico, investigador y curador que respeto dijo que “Esta clase de objetos creo que son el testimonio histórico, a nivel plástico, de un momento de autoengaño. En estas piezas hay esa función sustitutiva: que se promueva la idea de que las dificultades y los errores son solamente la caída de una resbaladilla; ese es el significado de la obra de este personaje. La lectura de esto es: ‘Somos idiotas, el mundo es idiota y no hay nada que hacer al respecto’”. 

*Escritor / Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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