Joaquín Serrano se dedica a la venta de pasto en rollo en el poblado de Acapatzingo y dice que sus ventas se mantienen gracias a qué la gente se queda en casa y cuida más su jardín.
“No es la temporada más alta para nosotros pero gracias a Dios estamos vendiendo bien el pasto y la tierra. Nos compran de a poquito pero lo importante es que no dejan de venir” dijo Joaquín Serrano.
El entrevistado comentó que la pandemia afectó a gran parte de su familia. “No nos hemos enfermado pero nos pegó duro en la cuestión del dinero. Muchos de mis familiares cerraron (sus) negocios y a otros los corrieron de sus trabajos. Aquí estamos sobreviviendo gracias a qué la gente que se queda en su casa se preocupa por su jardín”.
El comerciante asegura que trasladar el pasto se ha vuelto una tarea complicada: “tenemos un lugar para sembrar y de allí lo preparamos para que lo puedan llevar a vender”, dijo, al hablar de sus labores habituales para sobrevivir a los efectos económicos de la pandemia.