¡Seguimos tocando el pandero desde este "cantón" editorial, banda lectora, esperando que la "calumnia" de hoy sirva de algo, sobre todo en este asunto que para este, su "primera pluma", es "letra muerta": ¡la donación de órganos, mis brothers!
Sin duda todavía no estamos preparados para ello. Se las corro de bigote, como siempre, majestuosos lectores del más leído.
Una de las principales causas por las que no obtenemos los resultados deseados en este tema de la donación de órganos y en muchos otros, desde mi peculiar punto de vista, por supuesto, es la inseguridad que asalta a todo mundo en nuestro país y sin duda el tema de la donación de órganos no puede ser tomado tan a la ligera.
En la búsqueda de candidatos a la donación de órganos asombra que la forma más visible para convertirnos en donadores es a través de la licencia de conducir. Considero que, la neta, falta mucho por hacer en el renglón del respeto por la vida. Es definitivo que tenemos que regresar la dádiva, es particularmente significativo para nuestro desarrollo espiritual el poder ayudar al prójimo, aunque no toda la gente convive con esta filosofía, desde luego.
Don Ching-Wong se preocupa solamente por sus propios intereses, el típico que no ve más allá de su propio horizonte. Hay mucho egoísmo en el ser humano. ¡Está cañón! ¡Está capri!
En esto del rescate de valores, hay que decirlo también, surgen como siempre muchos intereses alrededor. Resulta que de pronto mucha banda se quiere "sumar" a los más loables objetivos. ¡Pura fantasía, mis brothers! ¡La neta!
Para este que escribe las cosas tienen que ser de coraza y no de hule ¡netas! no para que les aplaudan, mi buen, porque en una de esas se les cae el "teatrito". Además ¿saben qué? Ese tipo de propuestas se escuchan "huecas", falsas. ¡En corto mis brothers! hacen falta campañas pero ¡buenas campañas! urge difundir más información, con mayor sensibilidad, sobre todo, haciendo notoria la necesidad que impera en las personas que están en "lista de espera" para recibir el órgano necesario que alguien sin vida y de buena voluntad donó para dar vida a quien realmente lo necesita.
Se me ocurre que la información debe ser confidencial justamente para que no se pueda manipular y que al ser información mal utilizada pudiera poner en riesgo la vida de todos aquellos (as) que de buena fe decidieron ser donadores. Por ello repito que a mi parecer la mejor forma no es a través del formato de una licencia de conducir, no sea que en una de esas usted que decidió ser donador, de pronto choca, y si en una de esas la libra, ya una vez "recuperado" se percata que le falta un "riñoncito" o que tal si me lo dejan muy cuco con lentes de sol, los de espejo puestos, los azules de Poncharello, los lentes, hombre, ¡los lentes!
¡Póngase trucha! ¡no sea maje! ¡entienda! o en "tiendita lo pongo y hasta Tijuana lo llevo! "Nomás" eso sí, buzo caperuzo, porque en el momento en que se tumbe los de Rigo ¡oh! desesperación! los vidrios bien "vendadotes". ¿Que cree, mi lector? ¡Que ya le dieron gas con las corneas!
Por ello, "cuidadete". Para despedirme, compas lectores, la eterna disputa para este que escribe, sería, si podemos ser lo suficientemente sensibles como para comprometernos, (luego de estrictos protocolos de confidencialidad y de seguridad, por supuesto) verdaderamente con el servicio que le debemos a la sociedad en la que vivimos. Ahí se las dejo de tarea. ¡Hasta la otra banda lectora!