¡Viva México! Obligado iniciar la "calumnia" con este colectivo "alarido" de "liberación" cuates lectores luego de que seguimos celebrando el aniversario número 211 del inicio de la Independencia de México. Seguro estoy que ese "atracón" la noche mexicana de la semana pasada de vitamina "T" -tortas, tacos, tamales, tostadas- eso no les ha impedido seguirse deleitando con un suculento platazo de pozole.
¡Bueno ya, mucho bla-bla-bla y nada de glu-glu-glu!
¡A darle que es mole de olla!
Hablemos pues de la perfección, a "botepronto" ¡en cortina, pues, compas lectores!
Hay que entender que es imposible lograr la perfección en el departamento que usted guste o mande, su majestad, en las relaciones afectivas, personales, laborales… olvídese ya de la perfección, mi brother. En serio, porque luego por ello nos frustramos, que no se nos olvide. Insisto, la perfección es inalcanzable, el único que goza de ella es el magnánimo, el que está allá arriba "moviendo los muñequitos". Por ejemplo, el trabajo, la chamba, el pegol, es precisamente una fuente que nos permite de entrada sentirnos bien, pero sobre todo útiles y productivos. Hagámoslo de la mejor manera, pero entendamos que a veces no puede resultar perfecto.
Otro punto que debemos entender es que el trabajo dignifica, mi brother, cualquier empleo u oficio es digno, mi brother.
¡Valórelo! (aunque sí hay por ahí dos-tres patroncitos "pasaditos de corneta", sobre todo cuando ven la necesidad latente) tarde o temprano usted trabajará en lo que le gusta, paisano, créame. Pero eso sí, hay que llenar la solicitud de tolerancia. Si usted es de los que trabaja para ganar dinero o para enriquecerse ¡ya estuvo que no la armó mi brother!
Es evidente que trabajamos para sostener nuestros habituales gastos, pa’ la leche de la chata, pa’l chivito, siquiera pa’ las tortillas y los "acompletadores", pero es indiscutible que el bendito trabajo debe hacernos sentir bien con nosotros mismos y como consecuencia también con la exigente sociedad, como lo cité con antelación, útiles y productivos, mi brother.
El individuo que consume drogas o alcohol, que vive una adicción, para recuperarse necesita "aprender a vivir”.
Precisamente bajo esta filosofía de vida, el "procesado" tiene que sentirse útil y productivo, justamente para no frustrarse y no sentirse relegado de esta sociedad o, mejor dicho, " suciedad", llena de exigencias, donde pareciera que nos quieren ver bien "frustradotes" por todo ese cúmulo de invitaciones del exterior al mundo de la fantasía , que evidentemente cobran notoria influencia.
En otras palabras, al no poder cumplir esas banales expectativas, la valorización de nuestra persona tenderá a caer.
Es entonces cuando nuestra autoestima poco vigorosa nos manda a la lona al conteo de 10. ¡Entonces sí, a chillar! y ni con perros bravos la libramos.
Para empezar a ser perfectibles y poder caminar al progreso hay que entender que debemos aceptar las cosas que no podemos cambiar, aceptar todas esas negras y tenebrosas circunstancias vividas que jamás podremos cambiar.
Una vez denegado el acceso a gozar de esos momentos de felicidad que la vida misma nos podría propinar, porque simplemente "no hicimos lo que teníamos que hacer", lo más probable es que si seguimos arañándole los testículos al tigre ahora sí nos propine... pero una buena madrina, una buena paliza emocional que nos lleve a buscar "satisfactores" irreales para encontrar la felicidad de la misma forma, una vida llena de alcohol, drogas y "separos" en la "procu" (ahora fiscalía ¡perdón! ) o en cualquier otra "dependencia".
A propósito del particular, porque además nos acabaron "atorando" cuando estábamos con el "bueno", quizás la irreal satisfacción la encontraríamos con los citados menesteres a corto plazo, encontrando a la par una falsa "liberación" de esa insatisfacción, peeeero... posterior a ello, a largo plazo ¡se nos cae el cantón completito! ¡Ahí se las dejo, hasta la próxima¡