El confinamiento cambió los hábitos de sueño, afirmó Ulises Jiménez Correa, investigador de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) al señalar que hay factores de pensamiento que deterioran la calidad y cantidad del periodo en que los seres humanos duermen. 

En el marco de la investigación Sueño, emociones y Covid-19, organizada por la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Ulises Jiménez aseguró que existen diferentes factores que afectan el dormir en las personas, entre los que destacó el exceso de tiempo en la cama, frente a la televisión o el celular, el sedentarismo, así como las preocupaciones, creencias o actitudes. 

Durante la conferencia virtual “Higiene del sueño”, el especialista señaló que alguno de los factores que intervienen en la calidad del sueño son la exposición a la luz natural respecto a la oscuridad en la noche, el ejercicio en la mañanas y tardes para activarse, el uso adecuado de la recámara o la relevancia de la alimentación. Recomendo evitar el uso de celular, tableta o comer en la recámara. 

Informó que en un año una persona duerme en promedio tres mil horas, y que en la clínica de trastornos del sueño, una vez que se reporta insomnio como problema, se ofrecen planes de tratamiento personalizados para cada paciente, con técnicas de relajación que son muy importantes. 

Explicó que, con el tratamiento cognitivo conductual, se han tenido beneficios a largo plazo en los pacientes, “estudios de un año han reportado que los pacientes han podido dormir bien con tratamientos conductuales breves para el insomnio”, expuso.