En el artículo anterior comenzamos con la serie “elementos fundamentales en la arquitectura” la cual dimos un primer vistazo al simbolismo que representa “la ventana” en la arquitectura. Hoy toca el turno a otro imprescindible elemento, “la puerta”.
La puerta es una abertura que permite entrar o salir de un lugar a otro, es el elemento que define transiciones entre limites espaciales. Sin embargo, la puerta se podría decir que es el elemento arquitectónico con mayor simbolismo, posiblemente por el uso que representa, que es la transición. En otras culturas, la transición ha sido de suma importancia. Por ejemplo, en el Reino Unido en el momento en que fallece una persona se abren todas las puertas del lugar, llamase en este caso vivienda, con la creencia de ayudar al alma del difunto a salir de este mundo.
En el antiguo Egipto, la puerta era el elemento que simbolizaba el horizonte. En las tumbas se colocaban para que el alma del difunto pudiera transportarse de un mundo a otro.
En la religión cristiana la biblia hace mención de “las puertas del cielo” el lugar donde uno logra la salvación divina y la vida eterna, Yo soy la puerta, si alguno entra por mí, estará salvado (Juan 10,9).
Otro claro ejemplo de relevancia es el Torii en Japón, que son estructuras de madera o piedra en forma de arcos, pintados normalmente en color que va del rojo carmín hasta el bermellón. En la tradición sintoísta (la segunda religión más importante en Japón después del budismo) marcan el cambio en el estado espiritual de las personas que los atraviesan, ya que representan la frontera entre lo profano y lo sagrado. Es por eso que los Torii son colocados a pie de los templos, pero también los podemos encontrar en los accesos a lugares de naturaleza, por ejemplo, un parque, bosques o hasta el mismo mar, ya que honran a los espíritus de la naturaleza.
También encontramos ejemplos monumentales como el famoso “Arco del Triunfo” en París, con una altura de 50 metros y una base de 45 por 22 metros, erigido por Napoleón Bonaparte y que representaba el acceso triunfal de su ejército.
Al final, la puerta es un elemento arquitectónico de suma importancia. Sin ella la arquitectura no sería como la conocemos hoy en día y este elemento le da valor agregado a cada espacio tanto físico como espiritual. No por algo ha vestido a palacios, monumentos, ciudades y religiones, cada uno con el significado que le quieran atesorar.