Una vez más queda entredicho la credibilidad del Consejo Estatal Electoral (CEE) del Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac) tras el fallo del Tribunal Electoral del Estado de Morelos (TEEM), quien resolvió que en la pasada jornada electoral del 6 de junio existieron diversas irregularidades tras resolver más de mil quejas y demandas interpuestas por candidatos y partidos políticos destacando la irregularidad en los funcionarios electorales, conteo de votos y casillas impugnadas, lo que hizo que diversas casillas en Cuernavaca fueron anuladas.
No es nuevo que algunos consejeros electorales del Impepac, hayan sido señalados.
Es temerario señalar actos de corrupción, amaño de procesos electorales, cancelación de registros e incluso la venta de resultados favorables al mejor postor, pero la vox pópuli se desató a raíz de lo sucedido en el seno de la sesión del Tribunal Electoral del Estado de Morelos.
La autoridad que se supone debería ser garante de la voluntad ciudadana es cuestionada con esas sentencias. Hay que recordar que durante la creación de los 13 nuevos partidos políticos en la entidad, muchos de ellos no reunieron los requisitos mínimos que marca la ley y aun así estos solo sirvieron como mecanismo para la pulverización del voto beneficiando solo a los mercenarios de la política, que hoy fueron señalados.
La moraleja que deberíamos aprender después del 6 de julio es que de seguir así las cosas con estos consejeros electorales es que el proceso del año 2024 no será claro y limpio, corriendo de nueva cuenta los morelenses el riesgo de que vengan años de obscuridad.