Dejó de trabajar en la noche porque sufrió tres intentos de asaltos
“Cuando llegué a una calle oscura de Acatlipa, de mi lado izquierdo se acercó un hombre. Me dijo: ‘Uber’. Respondí que sí. En ese momento vi que levantó una parte de su camisa y con la otra mano iba a sacar una pistola; mi instinto me dijo ‘corre’, así que aceleré y por el retrovisor vi que se quedó a media calle viendo cómo me iba”.
Así narró Mario Alberto, conductor de plataforma, una de las malas experiencias que tuvo cuando trabajaba en la aplicación de Uber.
Contó que otro caso ocurrió en la colonia Universo de Cuernavaca. Ese día se dirigía a recoger a un cliente, cuando observó que una persona lo seguía a bordo de un Tsuru, y aunque no pasó a mayores, para él son sucesos que marcaron su vida y por lo cual decidió no laborar después de las once de la noche.
El entrevistado describió otra mala experiencia que vivió cuando fue a recoger a dos jóvenes en Chamilpa. Sus clientes lo esperaron sobre la avenida. Uno de ellos pidió al conductor dejarlo en el tianguis y accedió porque el sitio estaba cerca.
Una vez que llegaron al tianguis de Chamilpa dos hombres se acercaron al chofer y le dijeron “¿qué haces aquí, hijo de tu chin…?” Mario respondió que brinda el servicio de plataforma, pero los sujetos argumentaron que pertenecen a la ronda y le exigieron retirarse del lugar.
“Esos casos me marcaron. Después nació mi bebé y decidí que ya no iba a trabajar tan noche. A mis compañeros siempre les digo que se cuiden. Entre nosotros nos cuidamos porque hay mucha inseguridad. También les recomiendo que no laboren tan noche, porque en las plataformas no te haces millonario”.