La Academia de Ciencias de Morelos plantea que el retorno ocurra cuando la vacunación haya avanzado a un mayor porcentaje de la población.
La Academia de Ciencias de Morelos (Acmor) entregará al gobierno estatal un documento con la argumentación científica de su postura respecto a la decisión del retorno presencial a clases, en la que plantea que se postergue unos meses, para cuando la vacunación haya avanzado a un mayor porcentaje de la población y cuando se disponga de la vacuna para los niños.
Alejandro Sánchez Flores, presidente de la prestigiosa agrupación, dijo que los especialistas en la materia han señalado que el retorno a las aulas en el inicio del ciclo escolar “se tiene que repensar”.
Informó que están elaborando materiales sólidos, con fundamentos científicos que serán entregados a las autoridades estatales, para explicar las razones por las que no se debe apresurar este paso. “Durante mucho tiempo se vio que los niños y jóvenes no eran sujetos de este riesgo, pero con la aparición de nuevas variantes esto cambia. Además después de un año y medio de pandemia, ya sabemos que el virus ataca el sistema nervioso y sería muy peligroso exponer a los niños a un virus que podría afectar el desarrollo neurológico futuro… con dos datos que hay existe la sospecha que el virus puede atacar el sistema nervioso y lo vemos porque uno de los efectos es la pérdida del olfato, y eso implica posible daños al bulbo olfatorio, entonces ponerlos en riesgo es algo que se debe considerar”.
Destacó que de cualquier manera hay planes muy avanzados de que en diciembre o enero haya disponibilidad de alguna vacuna que ya se pueda aplicar a los niños. Por lo tanto, la postura es que se prorrogue unos meses más el retorno generalizado a las escuelas y que para entonces, se tomen decisiones que podrían afectar a los niños, para minimizar el peligro para este segmento de la población.
El también miembro del consorcio de vigilancia genómica de SARS-CoV-2 en México explicó que con los nuevos lineamientos del semáforo federal de riesgo en el país, se están incrementando más parámetros, pero no se le da mayor peso a algunos criterios que reflejarían mejor la realidad sobre las condiciones en cada zona del territorio nacional.
Destacó que uno de los indicadores es el índice de reproducción del virus, lo cual habla de lo virulento que es, pero consideró que no se le está dado el peso debido. Por el contrario, se le da hasta 15 por ciento del puntaje al de ocupación hospitalaria.
“Esto, si bien es un indicador de cómo está la pandemia, es correctivo porque muestra cuando ya tienes un alto nivel de ocupación en las camas para atender a pacientes ya enfermos. Entonces con ese semáforo comienzas a restringir actividades y la movilidad, después del contagio, no antes de que incremente la propagación”, abundó.
El también investigador del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con sede en Cuernavaca, consideró que se debería dar mayor atención a otros datos, como la incidencia y el número de reproducción del virus, que sí permiten establecer acciones preventivas antes de que se disparen los casos y se tenga saturación en los servicios de salud.
“La misma Secretaría de Salud ha dejado ver que se le está dando más prioridad a la economía, lo cual nos parece un error, porque primero está la salud. Me parece que las acciones en cada color el semáforo son suficientemente restrictivas”, abundó el experto.
Recordó que desde el inicio de la pandemia sabían que sería muy complicado que una vez que se levantara el confinamiento, la gente aceptara regresar, por lo que aun cuando ahora se pretende limitar algunas actividades, los ciudadanos ya no lo van a respetar, porque están hartos. “Vemos que las medidas y los semáforos están sucumbiendo a las presiones económicas y sociales y están perdiendo de vista la labor que tienen, que es preservar la salud”, afirmó.