Lo anterior fue señalado ante maestros y directivos del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM) en la conferencia “Neurociencia y desarrollo del cerebro”, impartida por la doctora Feggy Ostrosky, directora del Laboratorio de Neuropsicología de la Universidad Nacional Autónoma de México.
La especialista destacó el papel fundamental de la estimulación temprana no sólo en el seno familiar, sino también en el ámbito escolar, pues cada día, por la dinámica social, los niños y niñas acuden a menor edad a instituciones de cuidado y educación inicial y preescolar.
En su ponencia, la doctora Ostrosky mencionó que las investigaciones sobre neurociencia y desarrollo del cerebro confirman que de cero a seis años de edad es cuando los niños y niñas poseen mayores conexiones y redes neurológicas, lo que posibilita la creación por estimulación a través de los sentidos.
Expuso que en el tema de la plasticidad del cerebro, la etapa de la primera infancia es la ideal para que los niños construyan aprendizaje, y concluyó invitando a que los adultos y los maestros favorezcan el desarrollo de las funciones ejecutivas que implican memoria de trabajo y autocontrol.
Previo a la conferencia magistral, organizada por el Departamento de Educación Inicial del IEBEM, la doctora Magdalena Cázares Villa, quien colabora para el Programa de Fortalecimiento a la Educación Temprana y el Desarrollo Infantil de la SEP, se refirió acerca de las nuevas reformas a la educación y mencionó cómo en diversos foros internacionales, la neuropsicología se ha convertido en un punto de interés común para varios investigadores; prueba de esto, indicó, fue la primera Conferencia Mundial sobre Atención y Educación de la Primera Infancia, realizada en septiembre de 2010 en Moscú, Rusia.
Con más de 30 años de labores docentes y de investigación en la UNAM, la doctora Feggy Ostrosky Shejet ha consolidado una larga y sobresaliente trayectoria académica y profesional en la institución. El trabajo de la doctora en torno al funcionamiento cerebral y la publicación de su libro “Mentes Asesinas” han llamado la atención; durante la presentación del mismo, (de acuerdo con “La Crónica de Hoy” septiembre 2007) la doctora explicó que “el cerebro es un órgano que funciona en términos del medio ambiente y que es producto de un aprendizaje social. ‘En ellos hay cierta predisposición a la violencia, que puede originarse por un daño estructural o funcional. Suman factores medioambientales como abuso físico, sexual o psicológico durante la infancia, y el desarrollo de una personalidad hostil.