José María espera que sus buenas acciones sean reconocidas.
Todos los días, José María traslada en su taxi a un hombre con discapacidad que vive en Temixco y a diario sale a pedir limosna en el zócalo de Cuernavaca y en plazas comerciales.
“Para mí es algo bonito. Me gusta hacer el bien porque sé que algún día serán reconocidas mis buenas acciones. Además, no me cuesta nada ayudar y el señor me da unos pesos para la gasolina del carro”, contó.
Su cliente -dijo- no puede caminar, pero todos los días sale a ganarse el pan. A veces se le puede encontrar en el zócalo de Cuernavaca transportándose en una tabla con llantas, forrada con un pedazo de esponja y una tela color naranja, y otros días se encuentra afuera de las plazas comerciales.
El entrevistado refirió que su experiencia como chofer de taxi es de 17 años y hace apenas un mes que conoció a Elizur, quien tiene su domicilio en la colonia Azteca de Temixco, y desde entonces lo ayuda a transportarse de su casa a área de trabajo y viceversa.
“Antes lo ayudaba otro taxista pero no sé qué pasó, creo que se le complicó y ahorita yo me encargo de él. Voy temprano a su casa y lo llevo a dónde me diga y a las dos de la tarde lo voy a recoger”.
Elizur es un hombre con más de 50 años de edad y -afirmó el entrevistado- su edad no es impedimento para seguir en las calles pidiendo una moneda, y sin importar las circunstancias del tiempo él sale a trabajar, solo toma un día de descanso.
En lo que respecta a su labor como taxista, José María señaló, que pese a la pandemia de covid-19, todos los días hay dinero al menos para comer.