¡Ahora sí, los que van a "prender la tele" son nuestros niños! Hay que decirlo, "ánimas santas", que de verdad se planten frente al televisor o frente a un dispositivo. Ojalá que resulte provechoso para los padres que dudaron en llevar a los niños a la escuela en este "regreso a clases".

Si bien es cierto que es riesgoso el regreso a clases presenciales, sin embargo ¡no queda de otra. A cuidarse y cuidar a los que les rodean, chavos.

Nos encontramos frente a un microorganismo capaz de mandar al estuche a cualquiera, un microorganismo que ha puesto de cabeza al planeta entero. Ya no sabemos ni qué es lo que en realidad pueda suceder en la isla de la fantasía, donde además todos estamos inmersos, mi lector, ¡más neuróticos que nunca y con cara de balón ponchado, eso sí!

Lo tenemos que reconocerlo, cuates lectores, nuestro país todavía no está preparado para recibir enseñanza a través de un monitor y mucho menos con un auditorio que carece de madurez por razones obvias; sin embargo, no podemos desechar la única herramienta que en este preciso momento podría resolvernos la necesidad de cultivar a nuestros pequeñines, que tanta falta les hace.

Otra de las desventajas que encuentro es que no toda la gente goza de una señal de internet para las dichosas clases vía zoom. Otra más: hay zonas donde la recepción de las señales de los canales de televisión que transmiten las clases para los inquietos "pinolillos" (insectos de color rojo y muy pequeño que parece polvo de pinole).

Este que escribe, y ya llovió, recuerda que este tipo de alternativa educativa a través de la televisión se utilizó  en su momento en  atención a todas aquellas zonas rurales donde todavía no existía la infraestructura de educación necesaria para dar enseñanza a todos aquellos que no gozaban del privilegio de tener un salón de clases digno y con suficientes "mairos" (maestros) que pudieran lograr el sagrado objetivo cuando quedaba implícito (tiempo después de la transmisión de la famosa telesecundaria) que ya habríamos logrado ciertos avances en dicho rubro, que a mi humilde consideración, es vital para que en un país se desarrolle en alusión al tema.

Déjeme decirle que me resulta irónico, mi lector, que pa’ acabarla, en muchos de los estados de la república, incluida la Ciudad de México, muchas de las escuelas están abandonadas y los amantes de lo ajeno (ratas de dos patas) se encargaron de "despelucar" lo poquito que tenían las escuelitas: pupitres, computadoras, los pizarrones, bueno le dieron gas ¡hasta sin tazas de baño las dejaron!

¡Imagínese! Es urgente, también lo decimos de "pasadita", que se resuelvan democráticamente los conflictos magisteriales, porque al final del día la repercusión es hacia la cultura y educación de nuestro país. Estoy cierto de que como seres humanos todos tenemos errores y virtudes, pero me queda claro que cuando dos individuos entran en conflicto y por parte de ninguno opera la "inteligencia flexible", jamás se podrá llegar a un feliz término; el grave problema que encuentro entre los actores del fatídico movimiento gobierno vs magisterio o magisterio vs gobierno ¡pipi popo!

El punto es que la única inteligencia que yo visualizo que están empleando para "resolver" es ¡la "inteligencia rígida"! la "inteligencia terca", que por supuesto a todos nos va a poner en la torre, como dicen.

Mientras no se permita un flujo adecuado de ideas que conlleven a una resolución educativa nos va a cargar el payaso.

Ahí se las dejo de tarea pa’ que la reflexionen, antes de que nos caiga San Plátano ¡Hasta la próxima!