Antes de la pandemia Alfredo trabajaba como mesero
Unos meses después de que llegó la pandemia de covid-19 al estado, Alfredo fue despedido del restaurante donde laboraba como mesero, porque se avecinaba una crisis económica que obligó a su patrón a cerrar el establecimiento.
Ante esa situación, dijo, se registró en las plataformas que prestan el servicio de reparto de alimentos, como Uber Eats, Didi Food y Rappi, porque necesitaba dinero para apoyar con los gastos a sus papás y solventar sus gastos personales.
En lo que respecta a su labor como repartidor de comida, refirió que sus ingresos económicos varían mucho. A veces obtiene hasta 400 pesos en un solo día, pero en otros con mucho esfuerzo logra reunir 200 pesos.
A decir del entrevistado, la diferencia en sus ingresos tiene que ver con el color del semáforo sanitario, puesto que cuando éste indica que la gente debe estar en confinamiento hay mayor solicitud de pedidos de alimentos; en cambio, cuando está en color verde la gente sale y muy pocos utilizan el servicio de plataformas.
Alfredo contó que está a gusto en este empleo por la flexibilidad en el horario, sin embargo, lo que le disgusta es que los clientes se molesten y reporten con la plataforma a los repartidores cuando su pedido no llega a tiempo.
“Con los clientes hay de todo. Algunos se molestan con nosotros porque el restaurante se tarda en preparar los alimentos. Ellos creen que es culpa del repartidor, cuando no es así. Nosotros sólo nos encargamos de recoger y entregar lo que ellos pidieron, pero algunos hasta nos arrebatan las cosas”.
El hecho de que el cliente reporte a un repartidor, dijo, les afecta mucho, porque la plataforma no hace una investigación para encontrar a un culpable y se limita a bloquear las cuentas de los repartidores que tienen mayor número de quejas.
“Cuando la aplicación cancela una cuenta, en los motivos le pone ‘fraude’, como si la culpa fuera del repartidor”.