Ahora toma precauciones para evitar nuevas experiencias negativas
Ranulfo, mejor conocido como “El Chino”, trabaja como chofer de taxi, y señaló que hace tres años un hombre le pidió el servicio de transporte del centro de Cuernavaca a la colonia Acapantzingo, pero antes de llegar a su destino sacó un arma y lo obligó a bajarse del vehículo.
Ese día -dijo Ranulfo Beltrán- no tuvo otra opción y entregó las llaves del taxi a un sujeto que lo abordó como cliente, porque su vida estaba en riesgo. El trabajador del volante no interpuso su denuncia porque considera que se pierde mucho tiempo y no hay resultados.
Esa misma experiencia la vivió a principios de este año, pero esta vez su cliente lo amenazó con el gollete de una botella de vidrio, por lo que Ranulfo entregó dinero en efectivo, su teléfono celular y un autoestéreo.
“Yo sé pelear, pero no me voy a poner al tú por tú con ellos porque casi siempre vienen armados. Por eso he tomado mis medidas de seguridad. Me guío por mi instinto y si veo algo sospechoso no le doy el servicio a la persona; además, ya no trabajo de noche”, expresó.
En cuanto a su jornada laboral, contó que trabaja de seis de la mañana a seis de la tarde, y en ese lapso realiza entre diez y doce servicios de transporte.
Todos los días hace base en el mercado Adolfo López Mateos y cuando agarra cliente aprovecha para buscar pasaje en la calle, porque en ocasiones tarda hasta hora y media para realizar un viaje del centro comercial.
“A veces damos vueltas y vueltas. Tenemos que buscar pasaje en la calle porque si nos quedamos parados en el mercado no nos llegan los clientes, ya que también pasan las rutas”.