Era conductor de plataforma, pero dejó esa actividad porque sus ingresos disminuyeron.
Francisco trabaja desde hace dos meses para las diversas plataformas digitales que prestan el servicio de entrega de alimentos y lo hace acompañado de su pareja, como una manera de protegerse de la inseguridad a la que se han enfrentado sus compañeros.
Aunque ambos agradecieron que hasta el momento no han sufrido una situación violenta, el entrevistado señaló que sus colegas le advirtieron de lugares inseguros, como las colonias Antonio Barona, Rancho Cortés, la Estación y Altavista así como el poblado de Santa María.
Narró que un caso reciente de violencia ocurrió hace dos semanas en la colonia Lagunilla. Dijo que ese día dos repartidores de alimentos acudieron -cada uno por su lado- a entregar un pedido de comida y cuando llegaron al domicilio fueron asaltados por varios sujetos, que les robaron la motocicleta.
A raíz de esa situación y también para que su pareja se distraiga un poco de las actividades del hogar decidieron salir a trabajar juntos.
“Mi novia me acompaña todos los días para que no pase tanto tiempo sola en la casa y también nos cuidamos entre los dos, porque me han dicho que está fuerte la inseguridad. Además, por protección realizamos el último servicio a las siete de la noche y empezamos desde temprano para tener buenos ingresos”.
El repartidor señaló que empezó en esa labor hace dos meses, tras dejar de ser conductor de plataforma de Uber y Didi, porque sus ingresos económicos disminuyeron.
Contó que como chofer, cuando le iba bien, obtenía hasta 300 pesos al día pero como repartidor de comida logra hasta 500 pesos diarios, una cantidad que aumenta el fin de semana.