César dice que abrirá un negocio para vender aromatizantes.
Los domingos la avenida Plan de Ayala luce vacía en comparación con el resto de los días de la semana, cuando circulan muchas unidades del transporte público y privado. Aunque ese día hay pocas rutas, el checador César Gutiérrez dice que no puede darse el lujo de descansar, porque necesita dinero para comer.
A pesar de que lleva 19 años en el servicio señaló que algunos operadores le dan apenas un peso por darles a conocer el tiempo que llevan de diferencia con sus compañeros de otras organizaciones.
“La pandemia está dejando muchas afectaciones a todas las familias y a los checadores nos está dejando sin sustento económico, porque a veces no juntamos ni 150 pesos, cuando antes de que llegara esta enfermedad mis ingresos, por muy poco, eran de 250 pesos al día”.
Sin embargo, afirmó que no ha sido necesario solicitar préstamos de dinero o empeñar sus aparatos, porque puede sobrevivir con lo que obtiene al día ya que no tiene que mantener a nadie, pues a la fecha no se ha casado.
De su jornada laboral, refirió que por lo regular trabaja siete horas seguidas pero cuando hay manifestaciones no le conviene estar en la calle, debido a que los operadores buscan vías alternas para completar su recorrido. En días lluviosos también descansa.
Para enfrentar la crisis que dejó la pandemia, el entrevistado dijo que está pensado abrir un negocio en el cual pueda vender aromatizantes para las rutas y tener un ingreso extra.
“Por suerte no tuve que pedir prestado, vamos saliendo con lo que Dios diga y con los ahorros que tenía, pero la situación es difícil. Por eso estoy pensando en abrir mi negocio cerca de la avenida”.