Sus ingresos como checador son de entre 100 y 150 pesos diarios.
Antes de llegar a su trabajo Humberto Sotelo -checador de rutas- pasa a una tienda a comprar una caja de dulces y otra de chicles, porque dice que solo así los operadores del transporte público le dan un peso a cambio de darles a conocer el tiempo que llevan de diferencia con sus compañeros de otras organizaciones.
“Para que me pueda ganar un peso necesito regalarles un dulce o un chicle, porque algunos operadores de plano cierran su ventana o pasan rápido y no les importa dejar a los pasajeros, pero sé que lo hacen para no darme un peso”.
Dijo que sus ingresos son de entre 100 y 150 pesos diarios, de los cuales 70 son para las cajas de dulces que obsequia a los operadores. “Ellos dirán que les vendo dulces, pero necesito dinero para mi comida”, expresó.
Humberto señaló que su experiencia en el sector transporte es de 30 años y ante la crisis económica que ha dejado la pandemia de covid19 ha pensado en buscar un empleo donde tenga salario fijo, debido a que como checador voluntario apenas le alcanza para comer.
El entrevistado contó que a lo largo de los años ha sido testigo del cambio que ha tenido el sector transporte. Por ejemplo, dijo que antes los concesionarios aplicaban diferentes exámenes a los interesados en manejar una unidad y en la actualidad el único requisito es saber conducir.
“Ahora el que sea puede subirse a una ruta y trabajar como operador porque los patrones lo permiten, no vigilan a sus choferes y algunos son muy groseros con los pasajeros o dejan el pasaje porque saben que tienen un salario asegurado”.