La semana pasada visité junto a mis alumnos uno de los conjuntos urbanos mejor logrados del siglo XX, el famoso “CUPA” o mejor conocido como “Multifamiliar Presidente Miguel Alemán” en honor al presidente en turno.

El CUPA, a mi consideración y al de muchos teóricos, ha sido el proyecto urbano de vivienda multifamiliar mejor desarrollado del siglo XX en México y fue diseñado por el arquitecto Mario Pani con tan solo 37 años de edad. El multifamiliar fue construido en 1947 e inaugurado dos años después.

Fue el primer proyecto urbano con uso mixto y presumía de ser un proyecto que daba una “nueva forma de habitar” ya que partía de las teorías europeas del modernismo, más en específico del arquitecto Le Corbusier con su “Ciudad Radiante”, donde Mario Pani tuvo la oportunidad de colaborar directamente con él en su estudio.

El conjunto emplaza una serie de edificios donde los más densos se ubican al centro generando una división en el terreno con una forma peculiar, como si se tratara de una “serpiente”.

lo interesante es que Mario Pani solo utilizo el 20 por ciento del terreno para la construcción y el restante se destinó a servicios, espacio público y comercio, todo a nivel de calle.

La tipología fue otra sensación de la época, ya que proponía una diversidad de prototipos que se pudieran acoplar a la escala familiar mexicana. Ellos iban de 48, 57, 61, 70 y 76 metros cuadrados y con esto se daba fin a las viviendas en vecindad y abrían un nuevo panorama a la habitabilidad de nuestro país.

El proyecto es un claro reflejo de la esfera política del momento, donde dejaban atrás las antiguas ideas revolucionarias militarizadas y para entonces volcarse a la industrialización y modernización.

Volver a visitar esta “isla urbana” te hace dar cuenta que los proyectos de vivienda social bien logrados pueden crecer y adaptarse con el tiempo sin perder su valor inmobiliario o, al contrario, que es lo que sucede con el CUPA, suben de plusvalía.

A la fecha me he cuestionado por qué se dejó atrás esta idealización del México de oro, un México próspero que pensaba en toda su sociedad y no solo en algunos y de verdad espero que algún día estas ideas vuelvan a las oficinas.