Hoy es el cumpleaños de su hermana y quiere regalarle una muñeca.
Cristopher Nava no ha cumplido ni siquiera los doce años de edad y ya trabaja como checador de rutas para apoyar con los gastos económicos a su papá. Aunque ya se involucró en el ámbito laboral no ha dejado sus estudios y señala que en un futuro le gustaría ser militar.
Desde hace un año labora como checador de paso en la calle Leyva del Centro de Cuernavaca pero aprendió desde que tenía ocho años de edad, gracias a que su papá le enseñó cómo registrar el tiempo de diferencia que hay entre un operador y otro de diferentes organizaciones del transporte público.
“Empecé a trabajar para apoyar a mi papá con el dinero para la comida porque mi mamá murió en 2017, me dejó de siete años pero siempre recuerdo que ella me decía ‘te quiero mucho y quiero que estudies’, por eso de grande quiero ser militar”, expresó.
Cristopher trabaja de vez en cuando para no interrumpir sus estudios. Su jornada laboral es de cinco a seis horas y en este lapso ha logrado reunir hasta 200 pesos de las propinas que recibe de los operadores.
Este dinero -dijo- lo entrega a su papá, quien lo administra para los gastos del hogar, debido a que en ocasiones no le va bien en la venta de bolsas de plástico para basura, que ofrece en la vía pública.
Con el dinero que juntó ayer tiene pensado comprar una muñeca para su hermana, que hoy cumple nueve años.
El próximo 21 de diciembre Cristopher cumplirá doce años y se reconoce como una persona trabajadora. “Soy trabajador para ayudar a mi papá y también me gusta estudiar, voy bien en la escuela y mis maestros siempre me dicen que no falte”.