No creía en la pandemia hasta que sus papás se contagiaron.
“Al principio no creía en el covid-19, pensaba que era invento del gobierno hasta que mis papás se contagiaron y decían que era diferente a una gripa o un resfriado; estuvieron 15 días aislados y afortunadamente se recuperaron”, narró el taxista Jorge Alvarado.
Dijo que en los primeros meses de pandemia la mayoría de sus clientes se negaba a usar el cubrebocas con la excusa de que esta protección les impedía respirar. Él respetaba su decisión porque eran adultos mayores, asegura.
A raíz del contagio de sus papás empezó a solicitar a sus clientes el uso del cubrebocas, aunque nunca faltaba quien le decía “no me voy a poner esa ching…”, pero también había otras personas que antes de subir al vehículo rociaban con alcohol los asientos.
En lo que respecta a su labor como chofer de taxi, refirió que al día con mucho esfuerzo lograba juntar entre 50 y 100 pesos. Sin embargo, actualmente su economía ha mejorado y en una jornada de nueve de la mañana a siete de la tarde se lleva alrededor de 400 pesos.
“Estuve trabajando por necesidad, mis hijos pedían comida y no podía decir que no hay dinero y tampoco quería endeudarme porque el gobierno nos prometió un préstamo de 25 mil pesos, y aunque nunca nos dio nada, gracias a Dios salimos adelante”.