A veces termina su jornada laboral con 300 pesos
Ambrosio Rivera dice que su labor como operador del transporte público colectivo es un poco cansado porque trabaja 18 horas al día y a veces llega a su casa con 300 pesos.
El trabajador del volante reconoce que su jornada es extensa pero señala que le gusta, pues lo realiza desde 1992.
“Me gusta mi trabajo porque de aquí sale el dinero para mantener a mi familia, de aquí comemos y gracias a Dios no ha faltado nada en la casa y voy a seguir aquí en la ruta hasta que el cuerpo me aguante”.
El entrevistado conduce una unidad de la Ruta 17 y afirma que desde que empezó la pandemia de covid-19 la demanda en el servicio de transporte disminuyó de manera considerable, y a la fecha no ha logrado recuperarse en su economía a pesar de que empieza su jornada a las cuatro de la mañana.
De su labor indicó que es amable y atento con los usuarios, pero admitió que ha recibido quejas de la ciudadanía en cuanto al estado en el que se encuentran algunas rutas, por ejemplo, porque los asientos están rotos y las ventanas inservibles.
Por lo anterior señaló que hace varios meses tomó un curso de capacitación en el cual puntualizaron temas como amabilidad con los pasajeros y responsabilidad con su trabajo.
“Hay quejas de los pasajeros porque dicen que manejamos muy rápido y otros dicen que vamos muy lento, pero las molestias son pocas y de vez en cuando. Yo creo que depende de cada operador, a mí me ayudó el curso pero hay muchos que les vale”.