“Han transcurridos veinticinco años desde que el Padre Onésimo Cepeda, como Pedro el pescador siguiendo las huellas de Jesús el Cristo, vino a instalarse a tierras morelenses.
La abogacía no fue suficiente para él ante el llamado de Jesús y prefirió seguir el camino de la filosofía y de la teología, iniciándose aquí su sacerdocio.
La humilde parroquia de Huitzilac y su feligresía fueron testigos del entusiasmo y empuje de un joven sacerdote que venía animado, como Pablo, a difundir la evangelización.
Largo camino ha recorrido desde hace de 1970 hasta la fecha, desempeñando múltiples apostolados en la Diócesis de Morelos, que a pesar de su empeño incansable unos fueron exitosos y otros le llevaron a caminar por senderos espinosos, llenos de ingratitud y de críticas malsanas.
Más nada le arredró al pastor que ha sabido llevar a su grey a la conmoción espiritual y comenzando sus misas y prédicas bajo una lona en Santa Catalina contando con una veintena de feligreses, logró formar, hasta ahora, una comunidad de cuatro a cinco mil…”
Con ese texto, La Unión de Morelos señalaba el domingo 6 de agosto de 1995 la partida del sacerdote Onésimo Cepeda Silva rumbo a la Ecatepec, en el Estado de México, donde encabezó a la respectiva Diócesis, de la que se retiró hace diez años, en 2012.
Cepeda Silva nació en la Ciudad de México el 21 de marzo de 1937 y curso estudios de Derecho en la Universidad Autónoma de México, así como Filosofía en el Seminario de los Misioneros de
Guadalupe y Teología en la Pontificia Universidad de Friburgo (Suiza).
Fue ordenado Sacerdote en Cuernavaca, el 28 de octubre de 1970 y se desempeñó como Vicario Cooperador de la Parroquia de Huitzilac (1970), como encargado de las Relaciones Oficiales entre Iglesia y Estado, Párroco de San Antón y Sta. María, presidente del Consejo Presbiteral, Ecónomo Diocesano y Párroco de Sta. Catalina.
Fue nombrado Primer Obispo de Ecatepec el 12 de junio de 1995.
El Papa Benedicto XVI aceptó su renuncia por edad el 17 de julio del 2012.
El 9 de enero el religioso católico fue internado en un hospital tras contagiarse del coronavirus SARS-CoV-2.
“Con esperanza en la resurrección comunicamos que nuestro hermano, Onésimo Cepeda Silva, Obispo Emérito de Ecatepec, ha sido llamado a participar de la Pascua Eterna de Cristo. Rogamos a nuestro Señor Jesucristo, lo reciba y premie con su Reino”, señaló el comunicado de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Al fallecer la madrugada de ayer contaba con 84 años.
Onésimo Cepeda dejó grandes afectos en la comunidad católica morelense, a la que periódicamente visitaba, porque decía que le encantaba el clima de Cuernavaca.
El Obispo Emérito mantuvo siempre contacto con la entidad en todo el tiempo que ocupó la diócesis de Ecatepec.
Además, fue un personaje de relevancia nacional, con un trato cercano a la clase política mexicana. Ayer mismo el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó sus condolencias por el deceso.