Es una de las secuelas que deja el covid-19: especialista.

Una de las secuelas notorias en quienes han padecido covid-19 son los trastornos de ansiedad, por lo que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) dio a conocer que se ofrecen terapias, enfocadas al acompañamiento, con el propósito de ayudarlos a adaptarse a la nueva realidad y tratar dicho fenómeno fisiológico. 

A través de un comunicado, la institución señaló que en Morelos se brinda atención a estos trastornos. El psiquiatra Francisco Paredes Cruz, adscrito a la Coordinación de Evaluación de Salud en el Trabajo del IMSS en Estado de México Oriente, resaltó que este fenómeno limita la funcionalidad de la persona y le hace perder la capacidad de desarrollar sus actividades cotidianas. 

Según el experto, los multicitados trastornos “pueden aparecer en cualquier edad y aunque se presentan debido a cambios en los estilos de vida, como problemas de pareja y económicos, pérdida del empleo, diferencias con los compañeros, acoso, exceso de trabajo, entre otros, predominan en los adultos en edad productiva”. 

La ansiedad –se explica en el documento- “se manifiesta como una sensación de aprensión difusa, desagradable y vaga, la cual puede estar acompañada por sudoración, palpitaciones, opresión en el pecho y falta de aire, lo cual es confundido con afecciones cardiacas; sin embargo, se trata de descargas adrenérgicas, exceso de adrenalina en el cuerpo, producidas por la angustia por la cual atraviesa la persona. 

Cuando los síntomas son intensos se presentan problemas de sueño, ausentismo o el afectado sólo asiste a checar en la empresa sin tener productividad laboral, lo que hace necesario acudir con el psiquiatra para recibir terapia farmacológica y recuperar la funcionalidad a través de ansiolíticos o medicamentos que regulan los neurotransmisores”. 

El doctor Paredes Cruz subrayó que los trastornos son manifestaciones emocionales factibles de tratar y de curar. “Muchas veces los pacientes en cuanto inician el tratamiento, después de un par de meses recuperan una funcionalidad muy cercana al 95 por ciento”. 

Cabe destacar que en los menores de edad se observa cuando viven condiciones muy estresantes para ellos, como la separación de los padres, el regreso a clases o por cambios en la dinámica de la familia. 

“Se pueden presentar alteraciones en la convivencia con padres y compañeros, en el sueño, terrores nocturnos, dejan de comer o incrementan el apetito; sudan sus manos y se muerden las uñas”, añadió el psiquiatra. 

En los adolescentes este trastorno se experimenta cuando hay bajo rendimiento escolar y problemas en la socialización con sus compañeros; mientras que en los adultos mayores esta angustia se expone generalmente con problemas en la convivencia con sus pares y en situaciones de pérdida de familiares y amigos”. 

El IMSS destacó la importancia de que las personas que presenten dichos problemas acudan a su unidad de atención médica para que sean canalizadas y atendidas de forma oportuna.