Braulio dejó el taxi debido a la falta de ganancias.
Braulio Silvio dice que por la pandemia de covid-19 dejó de trabajar como chofer de taxi y ahora junto con su esposa se dedica a la elaboración y venta de tamales y atoles.
El entrevistado explica que empezó a trabajar como taxista en el 2018 y en 2020 -cuando llegó la emergencia sanitaria- siguió al volante durante dos meses, pero cada día había menos clientes y era casi imposible juntar el dinero para comprar el combustible, pues a veces con mucho esfuerzo apenas realizaba cinco o seis viajes en todo el día.
Esa situación lo obligó a buscar otra actividad que le generara mayores ingresos económicos, por lo que actualmente se dedica a vender tamales y atole sobre el bulevar Juárez, en Cuernavaca.
Dijo que todos los días junto con su esposa elaboran de 30 a 40 tamales de diferentes sabores, una olla de atole de arroz con leche y otra de café y a las seis de la mañana empieza a vender a bordo de su taxi, que ubica sobre el bulevar Juárez, en la colonia Las Palmas.
“Estuve trabajando dos años en el taxi, pero llegó la pandemia y la gente dejó de salir; las calles se veían solas porque no había negocios abiertos y decidimos cambiar de giro, empezamos con los tamales y aquí seguimos porque hay dinero al menos para pagar los servicios”.
El entrevistado refirió que en sus ratos libres trabaja en el taxi, pero solo brinda el servicio a sus vecinos o conocidos, debido a que ha sido víctima de la delincuencia en dos ocasiones.
“Hay vecinos de confianza que me dicen ‘llévame a tal lado’ y les digo que sí porque ya nos conocemos, pero me tengo que apurar porque hacer tamales lleva su tiempo; es pesado y todos los días tenemos que ir al mercado a comprar las cosas”.