Temixco. Zokar es un luchador con más de 20 años de carrera profesional y Alejandro Amaro Díaz es, quizá, una de las personas que más sabe de lucha libre morelense.

Ambos nacieron en Temixco y radican allí desde siempre.

En una plática por separado, nos dieron su punto de vista sobre violencia y la lucha libre.

Zokar

Debutó el 11 de marzo de 2001 en la Arena Isabel, fue campeón de peso welter de Morelos en 2004. En ese mismo año se le reconoció como el mejor rudo; en 2007 fue distinguido como la revelación técnica y en 2009 como el mejor rudo,

“Varios compañeros hemos tenido la oportunidad de ayudar a muchachos que estaban en el mundo de las drogas y encausaros hacia los deportes, algunos hacia la lucha libre, porque les da disciplina, ejercicio, metas, la posibilidad de conseguir sus sueños, como muchos los tuvimos y los tenemos”, aseveró el Halcón Egipcio.

Zokar dijo que le consta que la lucha libre puede inhibir el delito, sobre todo a las personas que están en un ambiente delincuencial y a quienes tienen temperamento fuerte o violento.

“Cuando un luchador, enmascarado o no, se sube al ring sufre una metamorfosis. Ya en el cuadrilátero alguien muy pasivo puede volverse un psicópata. Eso lo hemos visto desde abajo del ring y los que nos dedicamos a esto lo percibimos dentro de nosotros o en el contrario”.

Él no fue un niño violento o violentado, por el contrario, tuvo una niñez muy apacible. Creció en una privada y todos los días a las cuatro de la tarde los pequeños como él salían a jugar béisbol futbol, bicicleta… él participaba en esto y además, veía la lucha libre en revistas y en la televisión.

Desde pequeño quiso ser luchador. Su papá trabajaba en Parques y Jardines del Ayuntamiento de Cuernavaca y conocía a luchadores y se los presentaba. Zokar los veía gigantescos y quería ser como ellos.

Zokar es un hombre exitoso en la arena y en lo académico: tiene un posgrado y trabaja en eso para lo que estudió.

Ama la lucha y entrena todos los días, como en la época de sus mejores momentos, aunque tenga pocas presentaciones.

“No tengo esa habilidad de 20 años, pero tengo técnica, sigo entrenando y aprendiendo. Inicié entrenando a los 19 años y debuté a los 21. Ahora mi objetivo es enseñar a la nueva generación de luchadores, llaveo, contrallaveo. Quiero poner en Temixco una escuela para luchadores de alto rendimiento, para que los muchachos tengan una opción y no se vean cercados por las drogas, la delincuencia. Ahora ese es mi sueño y estoy luchando por él”.

“Si algo me enoja es que la gente se ría de los sueños de otro. Al perro no le quites el hueso, al niño no le quites el dulce y al hombre no le quiten las ilusiones; ese es mi lema, debemos luchar por nuestros sueños y nuestros ideales, siempre que vayan por el camino del bien”, puntualizó.

Amaro

Alejandro Amaro Díaz o Amaro, a secas, es quizá una de las personas que más sabe de lucha libre morelense.

Es licenciado en Informática, catedrático en escuelas particulares y en la Escuela de Turismo en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, es fotógrafo y corresponsal de la revista Estrellas del Ring y autor del libro “Los últimos años de vida de la Arena Isabel”.

 La lucha y la no violencia

Amaro asegura que este deporte espectáculo puede ayudar a prevenir la delincuencia juvenil y en cualquier edad, porque en la lucha la gente desahoga sus pasiones. “La lucha libre, a pesar de que es difusora de violencia, es formativa, te da una disciplina, y cuando estás en ese mundo tiene códigos, valores. Como aficionado y como fotógrafo el ambiente de la lucha libre es lo más seguro que hay, a mí nunca me ha pasado nada, y llevo años en esto”, aseguró.

“He conocido a luchadores que me han confesado que eran violentos y cuando comenzaron a practicar y a luchar se calmaron. No han dejado de ser agresivos, pero han dejado de ser violentos con la gente.

“Fomentar el deporte, abrir canchas, centros deportivos es muy importante, porque a los muchachos les da una opción, no tienen que seguir los pasos de los delincuentes, pueden ir por otro lado”.

Afirmó que sería un acierto construir una arena para la lucha libre, en Temixco o donde sea, aunque sería particular, porque los gobiernos municipales, estatales o el federal no están interesados en este asunto.

Hay una gran afición, a pesar de que el principal centro de la lucha libre, la Arenas Isabel, ya no exista.

“La Arena Isabel, que inicia en 1944 cuando fue inaugurada la arena Fray Nano, en donde hoy es el Palacio de Gobierno, fue el primer recinto luchístico de la entidad y la primera lucha en historia ya como arena Isabel en 1953 fue una lucha de campeonato, donde El Santo ganó el campeonato mundial welter a Black Shadow, y cierra en diciembre del año 2009, fue un termómetro de la época dorada de la lucha libre en Morelos. Después hubo una gran división que continúa hasta la fecha. En la actualidad se pueden asistir a funciones en canchas, en salones, en lienzos, en patios, hasta en bares.

“El cierre de la arena afectó a la afición y a una economía alrededor de las luchas: la gastronomía, taxis, los fotógrafos, las máscaras, los recuerdos, los juguetes, etcétera.

“Justamente el día que cierran la Arena Isabel matan a Arturo Beltrán Leyva, el Barbas. Y después hay una escalada de violencia que ya todos conocemos. ¿Qué hubiera pasado? ¿Hubiera disminuido la violencia si la arena Isabel estuviera funcionando?”

 Tradición luchística

En esta tradición se encuentra Temixco. De acuerdo con Amaro, había un “gimnasio”:

“En Temixco ha habido intentos fallidos desde hace mucho tiempo. Allá por los ochenta, cuando un luchador era rechazado o quería aprender más iba a una escuelita de lucha libre en La Nopalera, un lugar alejado del centro. Había un maestro, Don Beto. “Nunca lo conocí, me hubiera gustado; no era arena, era su casa, un patio donde entrenaban lucha libre. La gente iba a ver los entrenamientos.

“En 2019 trataron de crear en Temixco la arena El Gladiador. Estaba sobre la carretera federal, al lado de un motel, donde ahora hay una tienda departamental. La gente iba, pero no con la misma afición. Cerró al poco tiempo. Creo que era porque se veía a Temixco como una ciudad peligrosa”.

 Máscaras con cuento

Alejandro es coleccionista de máscaras, posee en la actualidad 670 y todas tienen una historia. Relata cómo consiguió uno de sus tesoros más preciados:

“En 2003 fui a una función en la Arena Coliseo, en la Ciudad de México y afuera había un anciano vendiendo chácharas, entonces vi la de Mil Máscaras y le pregunté si la vendía y me dijo que sí. Me contó que era utilero y se la había regalado el luchador. Me la vendió por trescientos pesos. Es una máscara muy bien hecha, la costura, los cortes”.

Para Alejandro la máscara proyecta lo que uno es:

Una vez en Ocotepec se suspendió una función de lucha porque no llegó el ring. Entonces de pronto salieron dos personas a disculparse: un señor gordito, pelón, sonriente, y otro comiéndose una nieve, con la boca chueca. El gordito era Súper Muñeco (RIP) y el otro de la boca chueca era Fishman (RIP). Sin máscara no das un peso por ellos, pero con máscara se ven imponentes.

Abajo del ring, te llevas sorpresas, por ejemplo, los luchadores rudos son más amables con los aficionados que los técnicos. Los que son iguales arriba y abajo, adentro y afuera son los “exóticos”.

 El Museo de la Máscara

Amaro sigue firme en fundar el Museo de la Máscara en Morelos, para que las nuevas generaciones conozcan este deporte espectáculo y toda la cultura popular que conlleva:

“Me gustaría sacar exposiciones, por ejemplo, sobre la cultura de la lucha libre en Morelos y a nivel nacional, pero me desencanté mucho; los candidatos luego me dicen, te voy a apoyar en esto y en lo otro, y luego no hay nada.

“Y en cuestión del museo debo ver espacios, donde montar mis máscaras. No caben, mi idea es hacer un mapa de la lucha: esta es una máscara de Zacatecas, ésta de Quintana Roo, Morelos, Guerrero; por estados, por compañías… darle mucho realce a la lucha libre estatal, porque es mostrar respeto a los personajes que hay aquí. De mis ídolos el que me gustaba mucho es el Barón Siniestro (que falleció el 23 febrero de 2011)”.

Hay cosas bellas

“Temixco fue calificada hace tiempo como una ciudad violenta y de ahí la fama; la gente repite, sin saber, pero yo no creo que lo sea más que Tijuana, Baja California, por ejemplo.

“Algo que se puede hacer para revertir esa falsa idea es promocionar y visitar más lugares en nuestro municipio, como Tetlama, Cuentepec, Xochicalco, que es una de las zonas más bellas e importantes de México; la Ex Hacienda de Temixco, que es muy famosa en toda la república mexicana”.

“Si la gente viene al municipio y va por esa zona te apuesto que te puedes encontrar muchas cosas bellas”, puntualizó.

Según información en materia de incidencia delictiva del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), hasta el 30 de abril de 2021, Temixco estaba dentro de los cinco municipios más violentos de Morelos, con 74 asesinatos vinculados con cárteles, tres agresiones, 315 robos de autos y seis secuestros, sólo de tras de Xochitepec que contabilizó 61 homicidios, cuatro agresiones, 176 robos de vehículos y seis plagios. Encabeza la lista Cuernavaca, que registró 186 homicidios vinculados a la delincuencia organizada, 11 agresiones, mil 709 robos de vehículos y 42 secuestros, en segundo sitio está Jiutepec, con 99 asesinatos ligados al crimen organizado, tres agresiones, 830 robos de vehículos y 15 secuestros y Cuautla, con 33 homicidios vinculados a la delincuencia organizada, dos agresiones, 569 robos de vehículos y 27 secuestros.