Gerardo trabaja desde que tenía 13 años de edad
Gerardo Contreras afirma que a los 13 años de edad empezó a trabajar con su papá en el sector transporte, por eso con mucho esfuerzo logró concluir sus estudios de nivel básico. Sin embargo, señala que le hubiera gustado estudiar diseño gráfico.
Refiere que al terminar sus estudios de secundaria intentó continuar su preparación en el nivel medio superior, pero desertó por falta de recursos económicos en su familia.
“Sé que tal vez mis papás hubieran hecho un esfuerzo para que siguiera estudiando, pero yo sabía que no había dinero y no quería presionarlos con otro gasto, que era la escuela”.
Ante la falta de recursos económicos -dijo- abandonó la idea de estudiar y continuó con su vida laboral.
Hace cuatro años empezó como checador en la Ruta 7, pero por la pandemia de covid-19 dejó esta actividad por casi un año para trabajar en los tianguis.
En su ausencia, uno de sus conocidos cubrió su lugar en la organización de transporte y hace tres años regresó a los andenes del mercado Adolfo López Mateos, donde se encarga de checar el tiempo de diferencia que llevan los operadores de la Ruta 7.
Por esa actividad recibe una propina de los conductores y al final de su jornada obtiene entre 150 y 200 pesos diarios.
“Empecé a trabajar a los 13 años, por eso terminé la secundaria en el sistema abierto, aunque me hubiera gustado seguir en la escolarizada pero no se pudo. Quería seguir en la preparatoria, pero no sabía que se necesita mucho dinero para estudiar y ahorita ya no he pensado en estudiar porque no tengo un empleo formal con salario fijo”.