En la administración federal 2012-2018 el gobierno crea la Reforma Urbana que dio creación a la Secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) bajo esta administración se puso sobre la mesa dos importantes temas: el primero, que debíamos hacernos cargo de nuestra ciudad a través de correctas políticas púbicas; segundo, el estado debía hacer énfasis en el desarrollo urbano del país. Con estas acciones se incorpora el concepto de Movilidad Urbana al Sistema Nacional de Planeación, pasando a ser materia de interés metropolitano.
La tendencia de diseñar mejores vialidades ha sido enfatizada por los problemas que hoy en día tenemos. La preferencia de movilidad en automóviles privados y de transporte deficiente o la falta de ellos son los más comunes, esto ha disminuido las condiciones de seguridad y accesibilidad de los usuarios, orillándolos a incrementar sus tiempos de traslado, perjudicando a las personas de bajos recursos, tomando en cuenta que una ineficiente movilidad de la ciudad da como resultado un incremento del 40% de su ingreso solo para transporte público.
El diseño de calles, es la infraestructura básica para acceder a ciudades más igualitarias y es algo con lo que las ciudades mexicanas no cuentan, los traslados son solo en automóvil y aun así los viajes son de baja calidad, sin mencionar a los más afectados como: peatones, ciclistas y usuarios del transporte público.
El manual de calles es un archivo elaborado por la SEDATU con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y es el referente esencial para el diseño y gestión de calles más incluyentes. El manual establece seis etapas para la realización de un proyecto vial urbano: 1. Conceptualización; 2. Diagnóstico; 3. Planeación; 4. Diseño; 5. Implementación; 6. Evaluación y monitoreo.
Con estas etapas es importante localizar la traza urbana con la que cuenta nuestra ciudad, por lo general, las más comunes en ciudades mexicanas son, de plato roto, reticular y anular.
La visión general de crear vialidades más amigables y sustentables está basada en principios básicos de calidad de vida e indispensables en las tareas cotidianas del día a día, por ejemplo. Inclusión, seguridad, sustentabilidad y resiliencia. Siempre siguiendo la pirámide de movilidad, es decir, la prioridad del usuario dentro de la ciudad, siendo de mayor prioridad el peatón y disminuyendo a menor prioridad continúan los ciclistas, pasando a usuarios y operadores del transporte público y vehículos de emergencia, posteriormente usuarios y operadores de transporte de carga y finalmente con menor prioridad usuarios de vehículos particulares motorizados (imagen 01).
La calle es el espacio público que nos es común y su correcta implementación es el puente a un mejor desarrollo económico de nuestras ciudades.