“Está bien dura la cosa. En primera la gente ya ni la busca, la cruz, porque se van perdiendo las tradiciones. En segunda, ya no se da mucho la flor, porque la flor para hacerlas ya no está saliendo en mucha cantidad”, se quejó Amelia Torres Sánchez, quien esta temporada se dedica a la venta de cruces de flor de pericón, en la colonia Teopanzolco de Cuernavaca.
“Nosotros venimos de ‘cartuchos’ (Ahuatepec), pegado a Villa Santiago, y la vendemos hasta acá. Nos damos cuenta que ya no sale la flor como antes. Nace sola, ya nada más nosotros la recogemos, además ya están construyendo y no dejan lugar para que salga la flor”.
Por eso, el precio de la cruz aumenta cada año, porque “si no podemos conseguirla nosotros mismos, los dueños de los terrenos en donde sale la flor nos venden el bonche en cien pesos y nosotros la cortamos. Armamos la cruz y la vendemos en dos piezas por 25 pesos”.
“Se puede poner la cruz en el auto y en la entrada de las puertas de la casa. Lo ponen por el día de San Miguel, todos los años se hace esta tradición, normalmente la ponen el viernes en la noche y se deja sábado y domingo. Sí, es algo bien bonito seguir con las cosas que nos enseñaban de niños” explicó.
“… solo nos ponemos a venderla unos cuantos días. Empezamos a venderla dos o tres días antes y tenemos que acabar con todas las cruces para sacarle algo de dinero y no regresarnos a la casa con las manos vacías”.